Conozca la estrategia que busca salvar a los habitantes de calle

Lograr que un habitante de la calle deje atrás la adicción a las drogas es una de las tareas más complicadas que enfrentan alcaldías y gobernaciones. Actualmente Bogotá es la ciudad con mayor número de población en calle: 9.000 personas, según la cifras de la Alcaldía. Tras la intervención en el sector del “Bronx”, la secretarías de Integración Social y Salud han tratado de implementar programas que permitan una rehabilitación efectiva.


La estrategia más reciente consiste en utilizar la musicoterapia para reforzar el proceso terapéutico con los habitantes de calle. Actualmente, 80 personas están siendo atendidas con musicoterapia, principalmente, “para transformar los hábitos de vida”, como dice la Secretaría de Salud. La prueba piloto se está llevando a cabo en la Unidad de Servicios de Salud Ricaurte, perteneciente a la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente.

Esta Unidad se encuentra ubicada en la localidad Los Mártires, donde el alcalde Enrique Peñalosa ordenó, en mayo de 2016, el desalojo de cientos de habitantes de la calle que vivían en “el Bronx”. Además del proceso psiquiátrico, los coordinadores de la Unidad decidieron emplear la musicoterapia con sesiones individuales y grupales. Si la estrategia piloto funciona, podría aumentar la cifra de habitantes de la calle beneficiados.

De acuerdo con Leonardo Morales, médico psiquiatra a cargo del proyecto, la estrategia busca ser “un complemento para nuestra atención médico psiquiátrica. Se hace la atención como corresponde y además se complementa con un proceso que aborda la cultura de estas personas. La música es algo que tenemos todos en nuestra vida, en nuestra infancia, en nuestros recuerdos. Es a través de la musicoterapia que se pueden trazar nuevos horizontes en la vida de estos habitantes”.

La Unidad lleva tres años utilizando la musicoterapia, aplicándola a diferentes pacientes, no solo habitantes de la calle. Todos los martes y viernes, dice la Secretaría de Salud, realizan sesiones para “revivir la identidad cultural de las personas, teniendo en cuenta sus emociones y su historia de vida, promoviendo también cambios de comportamiento y estados de ánimo”.

No hay discriminación por géneros musicales. Ponen desde cumbia hasta tango. “Aunque es difícil, se han presentado cambios a nivel social y psicológico. Hay personas que retomaron su vida y lograron reconstruir su red familiar. Nosotros tratamos de que en el fondo puedan reconstruir su vida”, concluye el doctor Morales.

Fuente: ElColombiano.com

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