Gobernabilidad para la inclusión social

Los ciudadanos de la Región anhelamos: que los próximos mandatarios en el departamento y los municipios superen el culto a la personalidad, el clientelismo, la focalización y exclusión social de los tiempos vividos, por un futuro donde lo social sea prioridad de las agendas de desarrollo para avanzar en la redistribución, participación y políticas que derroten la pobreza.


Las desigualdades sociales se han venido profundizando y adquiriendo otra dimensión que van mas allá del criterio económico. Las personas o grupos sociales ven que el sentido de la pobreza (renta material) sobrepasa el termino y se aviene una mayor dimensión que llamamos exclusión social que sobrepasa lo material y toca elementos cognitivos, laborales, sicológicos, sociológicos, emocionales, relacionales, de autoestima entre otros. Es en este estadio donde el Estado que viene paleando políticas sociales se encuentra con una sociedad que le da una dimensión a sus derechos, haciendo que el propósito se vea reflejado a través de acuerdos, pactos, planes y el desarrollo de políticas sociales que llevan a superar la exclusión, a una sociedad inclusiva; donde se conjuguen la seguridad vital, la diversidad social, el derecho a la diferencia, la igualdad social, el acceso a recursos fundamentales como los derechos cívicos, políticos y sociales.

La participación plena en la organización social, en el espacio económico-laboral, a través de la ocupación, desarrollo económico y redistribución social; en el espacio ciudadano y político en su participación política y acceso a los derechos sociales efectivamente; en el espacio de vínculos y relaciones que es inherente a la familia, la comunidad y a las redes sociales y en el espacio de la educación y la cultura que es el soporte de adaptación personal para el mejoramiento de las condiciones, tanto en lo laboral como en las nuevas tecnologías.

Es en las políticas de inclusión que se superan procesos anteriores de las políticas sociales y se le imprimen caracteres de integralidad al ampliar el espectro del trabajo, de los recursos y servicios; transversalidad en el relacionamiento con la población; participación de todos (ciudadanos, profesionales y agentes sociales) como fundamento de la acción política para la inclusión y por último la proximidad que implica flexibilidad a los diferentes problemas que se plantean en un territorio. Ejemplo de ello es cómo la administración local debe flexibilizar sus procedimientos para dar cabida a relaciones abiertas y participativas con el ciudadano y los operadores sociales sin olvidar que también los problemas tienen sus dinámicas. Sin embargo, el municipio parece haberse bajado del tren de inclusión y cohesión social, quedando suspendido en el camino.

La pretensión de este artículo es la de reflexionar sobre el desarrollo del tema de inclusión social, cohesión social y gobernabilidad.

Soacha vive una democracia en construcción. Los procesos que se han venido dando durante las dos últimas décadas muestran que el municipio permanece en construcción, porque los grandes procesos no han tenido una superación total cuando se generan nuevos. Los grupos políticos que han ostentado el poder local no han consolidado un proceso de inclusión, gobernabilidad y superación de las debilidades presentes. El proceso no ha logrado superar el desequilibrio, poniendo de presente la fragilidad de esta en conjunto con las economías que permitan mejorar las condiciones del ejercicio de los derechos ciudadanos. La democracia local se ve invadida en los asuntos socioeconómicos por agencias multilaterales del nivel nacional.

Esta influencia, así como las políticas del modelo neoliberal, han soslayado la sociedad y la democracia. La cultura democrática se ve distorsionada, se institucionaliza la desigualdad y la exclusión, ampliándose la pobreza en la población. Independiente de las circunstancias municipales asistimos a una exclusión generalizada, una gobernabilidad avasallada por parte de sectores por fuera del municipio.

El clientelismo fue y es evidente desde las estrategias electorales al hacer ofrecimientos suscritos con firmas a las comunidades para que en ejercicio efectivo del poder se borre de un solo plumazo la palabra de los gobernantes. Con desprecio de las comunidades y de su inteligencia siguen afectando la democracia y los conceptos de inclusión, participación y cohesión social, al manipular los vacíos de poder con sus agregados de confianza por encima de las normas democráticas, maniqueos que ofenden no solo a la comunidad en general, sino a los grupos políticos tanto merecedores de su espacio, como también a quienes están en la otra orilla, no es justo que para municipios como Soacha se haya perdido dos meses de gestión del grupo que ostenta el poder , así como por las comunidades que ven afectada la superación de sus necesidades, se pierde el tiempo que sabemos el valor que tiene, el valor de los recursos presupuestales y la gestión. Quién le devuelve a Soacha esta pérdida?. Afectar la construcción de ciudadanía y debilitar la consolidación de la sociedad civil independiente, no es propio de líderes a los que se les encomienda los destinos de una ciudadanía, los intereses clientelistas y acomodaticios de las próximas gestas electorales han dejado un mal sabor de la efectividad en la superación del problema.

Es evidente la intención de hacer que el ciudadano confunda el Estado con los partidos políticos y se presta para que subsista una relación vertical. Ciclo que desequilibra de manera absurda la posibilidad de desarrollo de una sociedad civil soberana. La razón del ser del Estado en una democracia, es fortalecer un sistema de participación política de los ciudadanos y está como instrumento para la solución de los problemas y el bienestar de los intereses de la sociedad, ya no es la razón ni la meta. Por tanto, la democracia queda confinada a los caprichos del modelo político neoliberal que tiene en el clientelismo político a sus mejores promotores a los que se les traslada un poder engañoso y que llena las expectativas de reconocimiento social y de fantasía de salir del proceso de pobreza que vive la comunidad de la que hace parte.

Faltan 11 meses para que el alcalde dirija un proceso institucional que dé pasos a favor de los ciudadanos en los temas de inclusión social, cohesión ciudadana y gobernabilidad, ésta ultima entendida como el respeto a cada uno de los ciudadanos, el respeto a formas diferentes de construir visiones de gobierno, garantía a los partidos políticos que estén planteando propuestas a la ciudadanía; el oficio de gobernar siempre está por encima de las limitaciones propias como seres humanos. Hemos superado días aciagos, negros y persecutores por días de respeto, apertura y conciliación que marcan desde el nivel nacional, una visión aperturista hacia una sociedad incluida, cohesionada y participativa.

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