¿Se vive feliz en Soacha?

No creo sinceramente que alguien con residencia en Soacha pueda responder afirmativamente a esta pregunta que nada de misteriosa tiene.


Y si usted, apreciado lector, se entera del contenido de esta nota, estoy seguro que su respuesta será totalmente negativa, no porque el autor de esta cuartilla lo señale, sino porque los mismos funcionarios de la administración y sus representantes, desde el Concejo Municipal, así lo han afirmado.

Veamos, entonces, por qué hacemos tal pregunta:

El Concejo Municipal a través de sus representantes, como lo publicó este periódico, “hablaron duro” sobre los resultados en materia de seguridad, no obstante la Policía combate la delincuencia local y sin que el Secretario de Gobierno Municipal, Oscar Giovanni Ramírez, se mordiera la lengua y fuera capaz de señalar lo que “el Municipio ha logrado en materia de seguridad gracias a los recursos aportados por el mismo Concejo y a la gestión realizada por el Ministerio del Interior….” Y que hoy se han venido materializando en un gran porcentaje, y arguye, además, un plan de construcción de Estaciones de Policía, estrategia de cámaras, alarmas, camionetas y motos compradas y así termina este tema de inseguridad…..”.

En los puntos más complejos, pregunto: ¿Acaso la solución serán las cámaras y alarmas que fue a observar el Alcalde Nemocón a Alemania a una fábrica de ese país, con “viáticos y pasajes pagados” por la empresa productora? ¿O será que la solución a la violencia, robos y atracos extendidos por todo el Municipio se terminará o se terminó, según el visionario Secretario de Gobierno, resolviendo situaciones en las que “en algunos casos iremos casa a casa con todo el equipo de gobierno, psicólogo, trabajador social, policía y abogado para poder solventar este tipo de temas”? ¿Querría decir el versátil Secretario de Gobierno que todos los casos señalados los resolverá la Alcaldía Municipal en cada una de las casas donde exista la violencia para juzgar los presentados y con el personal ya citado atrás?

Justicia en casa, se llamaría esta idea de tan ilustrado Secretario. Pero ¿en qué país trabaja usted, señor Ramírez? No sea iluso y mucho menos trate de esquivar sus obligaciones ni pretenda mostrar capacidad que no tiene, según se concluye de sus manifestaciones, ni cambie de tema según las circunstancias, porque en la crónica ya señalada por este mismo periódico el 12 de abril del año en curso, los Concejales se quejaban de la venta de droga por la inacción con los vendedores ambulantes en El Parque y la carrera 7ª, la calle 13, y del no funcionamiento de 40 cámaras de seguridad.

¿Y no oyó usted, señor Secretario de Gobierno, las quejas de los Concejales por la venta de drogas en los diferentes sitios del centro de Soacha y los atracos a mano armada, sin la intervención oportuna de la Policía? ¿Olvida usted que funcionarios como usted están obligados a intervenir con absoluta contundencia y no pretender que lo ignoran todo porque no es de su competencia? Servirá de algo este Secretario de Gobierno que vive en otro país y así lo mostró desde el Concejo cuando pretendió ser lo mejor de la Administración Municipal pero se desnudó y quedó como el primer mentiroso de la misma llevado a la Administración por el Alcalde Nemocón. Y aquí me pregunto: ¿Todavía será el Secretario de Gobierno? ¿No entendió la posición del Comandante de la Policía local Coronel Carlos Humberto Rojas que hizo honor a su cargo, a las insignias que lleva y a la entidad que representa?

¿Y de su labor qué, señor Ramírez? A cuántas casas ha ido con su equipo tan singular? Ubíquese y baje de esa nube en que anda. Dígale a las autoridades, si lo sabe, dónde están las ollas del microtráfico y si aún así no actúa, como le ha exigido el Concejal Héctor Cuesta, ¿que piensa hacer? Además, díganos si se desubicó y no ha encontrado dónde está su Despacho y cuáles son sus obligaciones por cuyo cumplimiento recibe un sueldo que cumplidamente le paga el Municipio?
Recobre la memoria señor Oscar Giovanni Ramírez y cumpla las obligaciones que le impone el cargo. Además, recuerde que no estamos viviendo en la Edad Media. Entienda que sin usted podemos vivir felices.

Para finalizar, recuerdo aquí a don Ignasi Castells Cuixart, quien el 8 del mes en curso enviaba un mensaje al periódico EL PAIS de Madrid que dice así: “Viendo el inagotable goteo de vergonzantes episodios de corruptelas que se suceden día tras día entre nuestra clase política, cobra rabiosa actualidad que instauraron los romanos para evitar que sus generales cayeran en el soberbio error de creerse omnipotentes. Al parecer mientras disfrutaban por las calles de Roma celebrando sus conquistas era costumbre que un humilde siervo situado a sus espaldas les susurrara y recordara insistentemente su naturaleza limitada y mortal par a que no llegaran a pensar que por su condición podrían situarse por encima de la ley: Memento mori (Recuerda que morirás) era la sentencia que martillaba sus oídos durante toda la caminata. Una auténtica cura de humildad, resumida en una frase cuya validez traspasa las fronteras del tiempo y del espacio y que deberían desayunarse cada mañana como una mantra para bajarse los humos, todos aquellos cargos públicos que pensaban que su cargo es eterno y que su posición privilegiada les autoriza a hacer y deshacer a su antojo sin rendir cuentas a nadie.” Algo que viene al caso.

joseignaciogalarza@yahoo.es

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