Reminiscencias X

El tema de hoy es algo muy importante, sobre una entidad dedicada a esta necesidad como es la educación, tan lejos e inalcanzable, en muchos casos para la juventud en nuestra lejana tierra de Soacha. Porque cuando allí se habla de este tópico, hay que señalar, necesariamente, al Colegio María Auxiliadora.


Quién no ha pensado alguna vez que en el María Auxiliadora se iniciaron en sus estudios nuestras madres, tías, hermanas, primas y hasta nuestras novias y futuras esposas que gozaron, también, de sabias enseñanzas morales que allí les inculcaron las profesoras de antaño.

Fue en febrero de 1.905 cuando a petición del párroco Manuel José Roa llegó a Soacha Sor Dolores Castañeda, como directora, junto con Sor Concha Ospina, Sor Ana María Sicard y Sor Catalina Bernardi, acompañadas por la Madre Brígida y la directora del Colegio de Bogotá Sor Honoria Laufranco, para hacerse cargo de la fundación de un Colegio y la dirección de dos Escuelas públicas.

Para tal efecto, habitaron una casa muy pequeña y pobre, con solo cuatro camas y cuatro asientos, una mesa de comedor y dos baños. Cinco días después, el 12 de febrero, fueron presentadas por el Párroco, después de la misa mayor, y dos días más tarde, empezaron a funcionar las escuelas con 96 alumnas, hasta donde alcanzaron los bancos, y el 24 comenzaron las clases en el Colegio, con 30 niñas.

En septiembre del mismo año, se informó que el Párroco había sido destinado a Zipaquirá, y el acalde de Soacha, Cristian Hoffman, se comprometió a traspasarles la Escritura de la casa, y el ex párroco les regaló la dotación de la casa y locales y le reemplazó Valeriano Gaitán y así el Colegio, entre el 11 y el 24 de noviembre, realizó públicamente los primeros exámenes, y para 1.906 la directora, Dolores Castañeda, fue cambiada por Sor María Amable y Sor Cecilia Ospina por Sor Helena Álvarez.

Por el aumento de las alumnas el 22 de diciembre de 1.906, la superiora se vio en la necesidad de tomar en arrendamiento otra casa, separada de la primera por la plaza y allí sobre la calle 12, se trasladó el Colegio, abriendo un internado, y en el antiguo local siguieron funcionando las escuelas, y se organizó un pequeño taller o costurero.

En la casa arrendada permanecieron tres años, cuando, compraron un pequeño lote con una casita pajiza con seis piezas, cocina y comedor, cerca de la escuela, y en 1.907 se abre la Escuela Infantil con 15 niños.
Las cosas marchaban bien y se hacían paseos al Salto de Tequendama y a Fusagasugá, en medios de transporte que consistían en carros tirados por bueyes y algunas alumnas en caballos.

Pero llegó 1.915 y antes de las vacaciones, la madre Margarita le comunicó al Alcalde, que las Hermanas se retirarían, por el pésimo estado de los techos de la casa que ocupaban y no tener dinero para su reparación, por lo que el funcionario ofreció repararla, pero al comenzar 1.916 lasa obras no se habían terminado, porque la Municipalidad soachuna tampoco tenía dinero. Por eso en 1.917 la madre Margarita insistió en llevar a sus compañeras de labores en el Colegio, por la falta de apoyo, presentado también, de parte del Párroco Avellaneda, por lo que éste le solicitó, a su vez, que transfiriera al Colegio de la Señorita Sofía Aranza las 15 becas otorgadas por el Municipio al Colegio María Auxiliadora, como gran solución al problema presentado.

Entre tanto, ocurre el terremoto del 31 de agosto que destruyó el templo parroquial, por lo que los oficios religiosos se celebraban en el Colegio, por lo que las Hermanas continuaron en el Municipio, y en 1919 se crea el Colegio Taller y se trasladan allí las 15 becas concedidas por el Municipio. En 1.920 Sor Dolores Castañeda, como directora, consigue levantar el Colegio y con el apoyo necesario sube a 70 alumnas en la Escuela Elemental y a 42 en la Superior, 35 en el Colegio Taller y 24 alumnas internas y trabajan 4 alumnas y una Postulante.

La orientación de esta Directora sienta las bases del progreso del Colegio, y ya en 1.937 se construye un sector en su actual ubicación bajo la dirección de Sor María Poggio, y en 1.942 se construyó otro tramo, para en 1.949 iniciar la obra de la Capilla. Ya en 1.956 se inauguró el Campo San José, siendo Directora Sor María Teresa Restrepo, y en 1.960 se entregó el Teatro y aumentaba la importancia del Colegio en el país.

Vale la pena mencionar aquí que el Centro Educativo funcionó como Primaria hasta 1.935. Después se orientó por bachillerato y comercio y el Ministerio de Educación lo facultó para otorgar los títulos correspondientes. Pero en 1.952 se suprime el Comercio, impulsándose la Normal Superior y en 1.985 se aprueba la diversificación del Bachillerato Pedagógico y el Clásico.

Hoy, el Colegio cuenta con más de mil alumnas y tiene un convenio con La Universidad de la Sabana para especialización, y sus Directoras han cumplido una brillantísima labor al frente de tan importante centro de cultura por más de cien años de vida al servicio de la educación de la mujer de Soacha y del país.

Piensen, estimados lectores, cuántas mujeres se han graduado en el María Auxiliadora en Bachillerato, Profesorado y Comercio. Cuántas ejercen su profesión dentro y fuera de Colombia, como una soachuna que lo hace en España en su condición de Química, titulación que obtuvo en la Universidad Nacional de Bogotá, después de recibir su grado de bachillerato en el María Auxiliadora de Soacha, y la conozco desde niña.

Las edificaciones levantadas para el Colegio, fueron adquiridas en parte a la señora Polita Castro de Amaya y don Agapito Bello. Las construcciones fueron levantadas, en parte, por Jorge Cantor y Miguel Usaquén, con obreros de Soacha. La fuente: Secretaría del Colegio.

JOSE IGNACIO GALARZA M.

joseignaciogalarza@yahoo.es

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