Vergüenza en la calle 36 contrasta con la desidia de las autoridades

Si bien Soacha se caracteriza por la cantidad de escombros arrojada en la mayor parte de su territorio, la calle 36 de San Mateo se perfila como una de las vías más descuidadas y en donde menos control se hace por parte de la Inspección Quinta de Policía y la empresa de aseo municipal.


El Miércoles 12 de Marzo pasado este medio publicó el artículo titulado ‘San Mateo está inundado de escombros‘, denunciando precisamente este delicado problema de autoridad. Pues bien, en esta ocasión hay una vía que presenta un índice de abandono igual o peor, se trata de la calle 36 en el tramo comprendido entre las carreras 4 y 9. Allí la desidia de los entes de control es tal que sin pena alguna los desconsiderados vándalos arrojan escombros sin temor a ser castigados o al menos reconvenidos por su accionar.

“Aquí no hay quien haga presencia, puede ser que esto no nos afecte directamente pero es la imagen del barrio la que queda en entredicho, porque no hay quien se apersone de hacerle mantenimiento a esta calle y a uno solo le queda como difícil ponerse a llamar para que recojan ese reguero, primero porque la gente trabaja y la que no lo hace no tiene para pagar lo que cobran”, aseguró Pablo David Díaz, transeúnte del sector.

Vale la pena decir que si bien el arrojo de escombros se presenta en la calle 36 desde la Autopista Sur hasta la carrera 9, es en este punto donde la vía se hace más vulnerable para que se presente tal situación. La razón principal es que es una calle en donde no hay entradas peatonales en ninguno de sus costados, es decir, al lado norte de la vía se encuentra el canal de Tibanica y la antigua Hacienda Terreros, mientras que en el costado sur está ubicado el Parque Tibanica, el cual es encerrado precisamente para prevenir desmanes, sin embargo en la parte posterior el panorama cambia por completo y el desamparo de esta vía es el que predomina.

“La policía no se ve para hacer los comparendos ambientales y menos en una calle en donde no hay quien denuncie porque esa vía es pública, es decir de todos y de nadie, tanto así que es muy fácil también para los consumidores de droga caminar por ahí tranquilamente”, añadió Juan Rojas, vecino del conjunto Morella, el cual queda ubicado justo en la esquina donde comienza el sendero de escombros.

Hay que mencionar que los habitantes de este conjunto se ven afectados de gran manera por el aumento en la inseguridad que el arrojo de escombros trae consigo, pero además de eso algunos pobladores manifiestan que los agentes de policía pasan haciendo sus patrullajes en sus motocicletas a una velocidad que les impide ver con más detalle lo que realmente ocurre allí.

“Uno entiende que son pocos policías para muchos barrios, pero lo ideal es que patrullen más despacio y no dejen al auxiliar a la deriva, porque hemos visto que sí hay un auxiliar bachiller que está pendiente de este sector, pero no es suficiente porque cuando van de a dos, de a tres o más personas sospechosas, lógicamente no va a poder controlarlas uno solo”, aseguró Francisco Mancilla.

En este caso y ante la indiferencia de muchos habitantes, se le agrega la nula asistencia y la alta negligencia de entes como la Inspección de Policía del sector y la empresa de Aseo municipal, los cuales no han hecho nada para mitigar el impacto ambiental que crece y crece sin contemplación en el municipio de Soacha, al mismo tiempo que la cultura ciudadana va en declive en una situación que a futuro podría traer grandes problemas al municipio, si no se toman los correctivos necesarios para evitar que la ciudad se inunde de basuras y escombros.

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