Y NI NI se fue de vacaciones?

Teníamos la firme intención de dejar que en nuestra columna tratáramos, casi que exclusivamente, todo lo malo que desgraciadamente viene ocurriendo en Soacha, pero muy poco nos duró esta idea porque al observar las páginas der este periódico y a escasos días de aparecer la anterior nota, nos encontramos con un caso que sólo puede ocurrir en sitios donde impere la inobservancia de las más elementales normas del buen gobierno y de la capacidad en el trabajo de sus agentes. Y veamos si tenemos la razón, sin que pretendamos ser monotemáticos.


Un joven de apenas 16 años que se encontraba recluido en un Centro de Menores de Bogotá, por el robo de un celular y cuando sólo le faltaban 45 días para cumplir la condena impuesta por la autoridad competente, contra su voluntad fue remitido a Soacha para terminar el cumplimiento de tal condena, pero sin documentación alguna y sin orden de Juez alguno y por personas, al parecer, sin autoridad para ello, lo entregaron en el Centro de Menores de Zaragoza hacia las 6 de la tarde, y allí le asignaron la celda donde se encontraban tres menores, uno de ellos el que lo había sentenciado a muerte, quien precisamente lo asesinó usando un arma que escondía en algún sitio donde pasaban la noche. Lo inexplicable era que no existía documentación alguna del muerto, por lo que fue remitido a Medicina Legal como N. N. y el defensor de familia, César Cruz, supuestamente ignoraba por completo este hecho, cuando su nombre era Edwin Andrés Molina de 16 años. El abuelo del menor muerto, acusó al Defensor de Familia de chantajearlo para evitar que se conocieran los hechos, pero Cruz negó tal afirmación.

Aquí, entonces, hay que preguntar: ¿será posible que un menor delincuente esté en uno y otro sitio de detención sin documentos de identificación, conocido, y llegue de un lugar a otro, al término del tiempo de su pena, sin orden de autoridad alguna, sin nombre conocido y sin que aparezcan sus documentos? Qué tienen que decir los directores de esos Centros de reclusión y por qué se envía su cadáver a Medicina Legal como N. N.? Estos son la clase de funcionarios que existen en entidades oficiales de Soacha? ¿Por qué están allí y quién los recomienda? Cuéntenoslo el responsable de los Centros donde fue recluido el joven muerto o quien lo sepa. ¿Acaso son gajes del oficio?

Tampoco se sabía por las autoridades locales de una señora quemada con ácido llevada de Soacha a un Hospital de Bogotá? ¿Dónde está la supuesta responsable de tan terrible hecho y quién la investiga?

¿Qué se viene haciendo para evitar las muertes violentas? No es aterrador, señor Alcalde, que de 2.008 a 2.012 hubo 779 homicidios? Que en 2.013 la Policía reportó 221 asesinatos? Que entre enero y febrero del año actual la Fiscalía reconoció 43 muertes violentas? Tampoco sabe el señor Alcalde que en Ciudad Verde deambulan, como Pedro por su casa, los ladrones y hampones de toda clase y que, en cambio, no hay Colegios ni Centro de Salud? ¿Qué se ha hecho para conseguir lo bueno y desterrar para siempre la violencia, los robos y delitos de todo orden?

¿Cuál es la razón, señor Alcalde, para que Soacha sea un nido de hampones? Es que acaso usted sufre de Introversión que es lo que los sicólogos llaman acción y efecto de activar? Ignora, señor Alcalde, que todo lo que se trata de inseguridad debe ser la primera preocupación de su Despacho? ¿Es que acaso esa inseguridad que vive Soacha no debe ser la primera acción de su gobierno? ¿No observa que esa lacra vive hastiada de la impunidad?

O es, tal vez, señor Alcalde, que su problema es el Autismo, que es el desinterés por el mundo exterior? O que de nada le sirvió el curso del buen gobernante que durante tres meses hizo en la ESAP y la Gobernación?

Brillante Alcalde el nuestro, que a la manera de Pulgarcito, solo deja rastro por donde pasa, o que Soacha, para su desgracia, es un pueblo que cuenta con un Alcalde, pero sin Alcalde? O que presentó un Programa de Gobierno que sólo ha logrado parecerse al agua en sus características principales: inodoro, incoloro e insípido. O no sabrá el primer empleado del Municipio que «no está en la capacidad de crear quimeras donde se mide la talla de los gobernantes, sino en su talante para resolver los problemas de la sociedad?»

Además, apreciados lectores, ante la gravedad de todo orden que vive Soacha, no podemos olvidar que los hijos de esta tierra y sus residentes tienen derecho a obtener las respuestas que reclamamos, las soluciones que necesitamos y que como sociedad y como pueblo, debemos ser políticamente exigentes por necesidad y por dignidad.

Es que, señor Alcalde, la complacencia con quienes son los responsables de la inseguridad y el abandono de las gentes más humildes, da lugar a la autodefensa y eso agrava la situación de Soacha y al pueblo no se le puede abandonar y no se le puede engañar con supuestos informes en una iglesia, porque hay que asumir responsabilidades y obligaciones.

Hay que pensar, señor Alcalde, en los hombres y mujeres que desean trabajar y que lo han de hacer con decencia y lealtad por el bien común, y no burlarán jamás sus mejores intenciones porque lo necesitan y son capaces de cumplir las funciones que se les asignen, y jamás maniobrarán o se dejarán guiar por aberrantes impulsos que nunca han conocido, y acabarán con los gobiernos malos que son los que han imperado en nuestra tierra.

Para mencionar algo sobre las últimas elecciones y visto lo que ocurrió en mi tierra, hay que señalar con la convicción absoluta que en un futuro se acabarán los partidos, porque nos estamos quedando sin ellos y cada vez estamos más expuestos a experiencias caudillistas de corte personalista y populista, a candidatos por firmas que no están respaldados por partidos sino por sus egos y calanchines que aparecen desde hace un tiempo en todas las elecciones.
Y tal como van las cosas, los soachunos ya no dicen como antes, Lalo estuvo aquí, sino, NI NI se fue de vacaciones.

Joseignaciogalarza@yahoo.es

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