¡Nos van a sacar la leche!

La pasada gran marcha nacional lechera del 9 de marzo de 2011, obtuvo como resultado la creación de una mesa de concertación para tratar el tema de la leche en cantina (transporte y comercio) de manera más cuidadosa y seria, la revisión de los capítulos lácteos de los seis TLC en curso, así como el aplazamiento de la entrada en vigencia de los decretos que prohíben esta parte de la cadena láctea nacional.


Sin embargo, desde la emisión de dichos decretos se ha seguido denunciando por parte de las diferentes agremiaciones el daño que le causa al sector lácteo del país la importación de lactosuero, que apunta a acabar esta actividad económica en todas sus instancias y de paso poner en peligro el sector ganadero y la producción de carne.

A nuestro trabajo y denuncias acompañando a la Asociación de Lecheros de Soacha (ALSO), nos da parte de razón el editorial del periódico El Tiempo del día miércoles 13 de abril de 2011 titulado “un caso de mala leche” [1], ya que reconocemos la importancia de que un medio de comunicación de su alcance afronte el tema con una óptica muy parecida a la de los vendedores de leche en cantina. Este editorial entre otros datos nos proporciona los que enseguida escribiremos:

Veamos, menciona que en un documento de la más reciente encuesta nacional de la situación nutricional, 1 de cada 4 menores de cinco años tiene anemia y el 13.2% de los niños de ese rango presenta retraso en el crecimiento, afectando directamente mas a los pobres y vulnerables. Dice también este editorial que la Superintendencia de Industria y Comercio abrió investigación contra 23 empresas que rotulan, empacan, promocionan y venden productos “con base en lactosuero como si fueran leche” y para rematar, con precios similares a esta. Además anota que el lactosuero es apto para el consumo humano y cuenta con registro del INVIMA.

El lactosuero es un subproducto de la leche que queda después de fabricar derivados lácteos principalmente queso y cuajada (esta última materia prima para la fabricación de almojábana y garulla en el caso del municipio de Soacha), en este subproducto los niveles de proteína y calcio se disminuyen en más de la mitad, en otras palabras aunque se enriquezcan con vitaminas y otros componentes, JAMAS equilibrará el valor nutricional de la leche cruda.

Cada año en la industria de galletería, panadería, confitería y alimento para ganado se requiere de 3000 toneladas de este producto, sin embargo las importaciones han llegado a 8000 toneladas promedio al año, provenientes del mercado de Europa, el Mercosur, Chile y Canadá; se presume que el excedente ingresa al país de contrabando y en muchos casos vencido, el cual se procesa y se pone en venta de manera engañosa e igualmente se sabe que hay inescrupulosos que adquieren lactosuero a granel a treinta pesos litro para elaborar “mezclas enriquecidas” que se pagan a precios similares a los del alimento original.

Al consumidor no se le puede mentir, por norma en todo el mundo, cuando de por medio están la nutrición y la salud la información debe ser clara y suficiente sobre los productos que se van a comprar. Debemos tener en cuenta que se trata de la salud de toda la familia en especial la de los niños en crecimiento.

Aquí tienen que intervenir las autoridades, el INVIMA, las Secretarias de Salud Locales frente a la expedición de estos productos. Los supermercados y grandes superficies están en mora de asumir la responsabilidad con sus clientes, de no ubicar en los mismos estantes productos de lactosuero con la leche, pues esto induce a confusión y errores en el consumidor.

Esto va más allá de una pelea de marcas, es un problema de salud pública para atender de inmediato.

No lo menciona el editorial, pero se debe tener en cuenta que el excedente de lactosuero (aprox. 5000 toneladas) es ingresado al país de contrabando sin que ninguna entidad del estado se pronuncie, lo que hace mucho más grave la situación; en definitiva ¡NOS QUIEREN SACAR LA LECHE…….. del mercado!.

[1] http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-9161145.html

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp