San Mateo: Un territorio en vía de extinción
Recientemente se realizó la segunda salida exploratoria del grupo Identidad, memoria y territorio de la Plataforma de juventud de Suacha y el grupo Vigías del patrimonio, esta vez sin una convocatoria a la comunidad debido a que sólo se buscaba identificar el arte rupestre de la zona, para realizar posteriormente, de manera más organizada y con un ruta clara, una salida con la comunidad
El punto de encuentro fue cerca al colegio El Bosque. «La mañana era soleada, con aproximadamente 18 grados de temperatura y un cielo parcialmente despejado. Comenzamos nuestra ruta de ascenso por el cerro a las 9 a.m. y nos encontramos con la primera piedra que registra arte rupestre, lastimosamente en mal estado debido a una serie de grafitis que se sobreponen a los pictogramas, esto debido a que muchas personas van a esos lugares sin la conciencia de la riqueza histórica y patrimonial que significan estas pinturas, pues estos pictogramas y por ende el mismo cerro, han sido testigos importantes de muchos siglos de historia en nuestra Suacha.
Siguiendo con el recorrido se encuentra otra serie de rocas con arte rupestre en un estado relativamente mejor que las anteriores, en estas se podían divisar líneas de formas variadas, huellas de dedos, cruces y un significativo pictograma de una mano, que se asemeja a la de un niño por su tamaño, con un espiral en el centro o en la palma (algunos dicen que es la mano de Bochica señalando el camino), también pudimos observar algunas cuevas que al parecer fueron hechas por los mismos indígenas muiscas y una roca en especial que en su parte superior tenía una cuneta con agua lluvia, ‘esta podría ser una pila bautismal que usaban nuestros antepasados indígenas’, según Everardo Herrera (vigía).
Siguiendo el ascenso hasta llegar a los límites con la cantera Invercot, allí pudimos observar el gran impacto ambiental que causan este tipo de actividades sobre los cerros y por consiguiente la misma población, pues contemplamos como una franja significativa del cerro que ya no existe por la explotación minera y se ve un corte de aproximadamente unos 15 a 17 metros de alto, esto quiere decir que el cerro ha perdido entre 3 a 5 hectáreas de terreno por dicha actividad y según parece un juego importante de piedras con pictogramas ha desaparecido debido a la explotación desmedida y falta de un manejo ambiental por parte del dueño de la arenera.
Continuamos redondeando la cantera hasta llegar al camino principal que conduce a Ciudadela Sucre, posteriormente ingresamos a la cantera con el debido permiso del dueño (pues estos predios ahora son propiedad privada). El motivo de nuestro ingreso a la cantera era visitar la Piedra del Indio, una roca con una amplia gama de pictogramas, la cual, es tal vez la mas importante que se encuentra en el sector, debido al alto número de arte rupestre que posee; después de haber caminado unos 15 minutos desde la entrada principal de la explotación minera arribamos a la piedra y observamos que este lugar esta medianamente rodeado de vegetación en su mayoría pasto y maleza, parece que al dueño lo obligaron a tener un plan de manejo ambiental respecto a “sus predios”, y en especial, a este lugar de alta importancia arqueológica y patrimonial para todo Suacha.
En la Piedra del Indio que se encuentra en medio del desierto de rocas, arena, volquetas y excavadoras se pueden contemplar maravillosas pinturas en formas de puntos diminutos y seguidos como si hubiesen llevado la cuenta de algo, líneas zigzagueantes indicando probablemente ríos o caminos, doce figuras de lo que parecen ser chozas, líneas triangulares seguidas que podrían hacer alusión a los cerros y una figura antropomorfa que algunos dicen representa la mítica figura de Bochica. En fin, una amplia paleta de formas y tonos que permiten a la mente humana especular acerca de lo que nuestros ancestros querían significar. Ver estas rocas hace que sus visitantes se hagan a una breve idea de lo que es viajar en el tiempo y pensar el territorio desde la perspectiva de nuestros antepasados, es inevitable no querer imaginarse cómo hacían estas pinturas, qué pensaban y sentían los que las dibujaron respecto a aquel territorio que para esa época era muy diferente al que podemos ver actualmente, contaminado por las maquinas del “desarrollo”.
Estuvimos aproximadamente 30 minutos contemplando esta obra de arte, cuando nos avisaron que ya era tiempo de salir y volvimos a la realidad; la cual es un paisaje altamente degradado por la acción humana. A un lado de la piedra, se ubica Ciudadela sucre y al frente Altos de Cazucá, dos sectores que sufren a diario los peligros de la actividad minera en el sector, actividad que causa un daño enorme al bienestar humano. Barrios polvorientos y fuentes hídricas contaminadas son las que evidencian la desigualdad social que tienen que aguantar los habitantes de estos sectores, los cuales han tenido que habitar allí obligados por las injustas dinámicas sociales que se han dado en el país y que desafortunadamente son la línea transversal de nuestra historia nacional.
Fue inevitable no pensar en la degradación ambiental de estos cerros, que otrora tenían una gran biodiversidad y que rápidamente están desapareciendo por las dinámicas mineras que hemos venido relatando. El escaso patrimonio ambiental y arqueológico está siendo devorado poco a poco por la explotación minera y la expansión urbana, trayendo por consiguiente nuevas dinámicas de territorialidad y relaciones sociales.
Los cerros tutelares de Soacha han sido testigos íntimos de nuestra historia, pero el olvido en el que los tenemos ocasiona que tengamos poca conciencia sobre la tesoro arqueológico y ecológico que poseen estos lugares, sin darnos cuenta estamos perdiendo nuestra memoria paulatinamente. Por cada taco de dinamita que se explota en las canteras o cada sujeto que raya una roca, hace que se maltraten muchos años de recuerdos, de vida y de identidad en nuestro municipio.
Por último, de nuestra experiencia en los Cerros de San Mateo, y en especial, en la Piedra del Indio, surge la siguiente inquietud: ¿Cómo una piedra que representa gran parte de nuestra memoria histórica pertenece a una empresa privada, a la cual, poco o nada le importan las pinturas que se encuentran allí grabadas, su valor histórico, cultural y social?
Como ciudadanos del Municipio de Suacha, debemos empezar a crear procesos que nos permitan apropiarnos de lo que nos pertenece, de algo que nos representa como sociedad y que tiene tras de sí nuestra memoria colectivo.
Crónica enviada por la Plataforma de Juventud y el Grupo Vigías del Patrimonio.
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