¿Y si las vallas votaran?
Entramos en la recta final para elegir las nuevas autoridades locales en todas las ciudades y municipios de Colombia, claramente Soacha no es la excepción a este fervoroso momento democrático.
Durante las últimas semanas hemos visto como un puñado de candidatos que aspiran a la Alcaldía han centrado su ‘estratégia política’, y la pongo entre comillas porque eso de estrategia no tiene nada, en poner vallas y pancartas por cada rincón de la ciudad.
El nivel es tan exorbitante que en un predio de una popular cafetería de San Mateo, en la comuna 5, un candidato puso pancartas al frente y en los dos laterales, otro incluso ha puesto dicha publicidad encima de la de otro aspirante. Esto será la guerra del que más ponga vallas, en vez de hacer una competencia limpia sobre ideas y propuestas de gobierno, socializando con la comunidad.
Será que por falta de argumentos para conquistar el voto, ¿la estrategia es gastar un montón de dinero para empapelar la ciudad?, porque no crean que los dueños de los predios no cobran por dejar poner la publicidad en sus fachadas; claro que lo hacen, aprovechando la época electoral. Ahora hagamos cuentas de la impresión de vallas, más instalación, más lo que cobran por dejarlas instalar… ¿de donde está saliendo toda esa plata? …
De verdad, ¿es tan influyente e importante contaminar visualmente a los ciudadanos? ¿Vale la pena derrochar tanto dinero en impresos publicitarios como si estos fueran los que salieran a las urnas el 29 de octubre a elegir? ¿No existen otros mecanismos para conquistar el voto de la gente de a pie? Son preguntas que a veces de verdad no me dejan dormir.
Y si más bien, en vez de armar cuadrillas para empapelar la ciudad hasta lo más recóndito de la misma, ¿se hace una mayor difusión de propuestas? Pero propuestas aterrizadas, propuestas para una ciudad endeudada por decisiones políticas de los últimos años y no seguir pintando un imaginario que solo cabe en la cabeza de quienes la promulgan y su comité de aplausos. Ciudadanos de Soacha: no nos dejemos engañar, votemos por convicción y no por el que más vallas tenga.
Ahora. No hay que generalizar, también decir que no son los 10 candidatos a la Alcaldía los que se ven inmiscuidos en estas prácticas, pero sí un puñado que, espero, como compromiso de campaña, ganen o pierdan, (porque no todos pueden ganar), armen las mismas cuadrillas para desempapelar la ciudad el 30 de octubre para que las fiestas de fin de año se vean decoradas por los alumbrados navideños y no con los rostros de más de un ‘quemado’.
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