Soacha celebra 425 años de memoria, raíces y transformación
Entre memoria histórica y proyección de futuro, Soacha conmemora 425 años como un territorio de encuentro, resistencia y construcción colectiva.
Soacha celebra 425 años de historia reconociendo un proceso que va mucho más allá de su fundación colonial. La conmemoración invita a mirar el pasado ancestral del territorio, sus transformaciones sociales y su papel actual como uno de los municipios más importantes de Cundinamarca y de la región metropolitana de Bogotá.
Un territorio ancestral antes de la fundación
Mucho antes del 31 de diciembre de 1600, cuando fue establecido el pueblo de indios de Suacha, este territorio ya era un espacio fundamental para las comunidades muiscas. Su nombre, que en lengua chibcha significa “Varón del Sol”, refleja la relación espiritual y cultural que existía con la naturaleza y el entorno.
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La importancia histórica de Soacha también se evidencia en el hallazgo del Hombre del Tequendama, con una antigüedad aproximada de 12.400 años, uno de los registros más antiguos de presencia humana en la Sabana de Bogotá y un símbolo del valor arqueológico del municipio.
Transformaciones que marcaron su crecimiento
Durante los periodos colonial y republicano, Soacha vivió profundas transformaciones. La organización del resguardo indígena, el desarrollo de haciendas, la agricultura y la ganadería dieron paso, con el tiempo, a procesos de industrialización y expansión urbana que redefinieron su economía y su relación con Bogotá.
La llegada del Ferrocarril del Sur, la puesta en marcha de la central hidroeléctrica de El Charquito y la construcción de infraestructuras clave consolidaron a Soacha como un punto estratégico de conexión y desarrollo regional.

Identidad, memoria y futuro compartido
A lo largo de los siglos, el municipio ha sido escenario de resistencia, reconstrucción y diversidad cultural. Desde la recuperación de su patrimonio hasta la llegada de nuevas comunidades, Soacha ha construido una identidad marcada por la resiliencia y el sentido colectivo.
En sus 425 años, la conmemoración se convierte en un llamado a fortalecer el arraigo, reconocer la memoria histórica y seguir proyectando un territorio que se transforma desde su gente, su diversidad y su compromiso con el futuro.
Foto: Archivo/Gobernación de Cundinamarca









