‘Blanco y Negro’, dos puntos de vista frente al servicio de Transmilenio en Soacha
El servicio del sistema Transmilenio se convirtió en un dolor de cabeza para los habitantes de Soacha. Si bien es cierto muchos usuarios consideran que la entrada de los articulados mejoró sustancialmente la movilidad hacia sus sitios de trabajo o estudio, otros aseguran que es producto de la improvisación, la mala planeación, la corrupción y la desidia.
Ana María Medina es una humilde habitante que reside en el sector de Ciudad Latina. Trabaja en la calle 130 con autopista como aseadora y desde hace seis años tiene que desplazarse diariamente en medio de los trancones, los malos tratos, la inseguridad y las inclemencias del tiempo. Cuenta que antes de la llegada de Transmilenio tenía que salir antes de las 4:00 a.m. de su vivienda para poder llegar dos horas más tarde a su lugar de trabajo, pero sin duda, la puesta en marcha del sistema la ha beneficiado enormemente.
“Desde que llegó Transmilenio yo salgo a las 4.30 a.m. de mi casa y estoy cogiendo el articulado antes de las 5:00 a.m. Eso es mucho lo que le rinde a uno, incluso muchas veces me voy hasta sentada. Yo sí estoy contenta porque me ha servido mucho, al igual que al regreso; antes me gastaba dos horas y media, y ahora llego en hora y media”, aseguró doña Ana.
Y como ella, muchos residentes consideran que en medio de los apretones, las congestiones, el largo tiempo de espera y la imprudencia de la gente, Transmilenio ha sido una bendición para muchas personas que trabajan y estudian en la capital.
“A mí me ha servido mucho, la verdad me estoy ahorrando más de media hora, tanto de ida como de regreso”, agregó Johana Suárez, estudiante de economía.
Al contrario, otro buen número de ciudadanos considera que si bien el sistema acorta los tiempos de recorrido y evita estar ‘metidos’ diariamente entre la congestión propia de la autopista sur, Transmilenio es el reflejo del trato que el gobierno le ha dado al municipio de Soacha.
“No critico el sistema, critico la forma como lo pusieron a rodar en Soacha. Con estaciones pequeñas, sin puentes peatonales, sin alimentación, creo que son unos abusivos y quedó demostrado que nos tratan como se les da la gana. Claro que más triste que el alcalde haya permitido todas estas irregularidades en Transmilenio”, sostuvo Carlos Julio Quintana, habitante de Soacha que trabaja en el centro de Bogotá.
Y es que las principales críticas al sistema se traducen precisamente en la alta congestión de las estaciones por su reducido tamaño, la falta de rutas a otros destinos, la diferencia en los tiempos de recorrido, la puesta en marcha del sistema sin los puentes peatonales y el servicio de alimentación, y la imprudencia de la gente a la hora de utilizarlo.
“El hecho de no haber alimentadores nos obliga a pagar dos pasajes adicionales en el día, más en una ciudad como Soacha que el poder adquisitivo es tan bajo”, aseguró una residente de León XIII.
Otros de los aspectos que se critica es la discriminación de las autoridades con el municipio. Desde que se inauguró el sistema cogieron por costumbre utilizar uno de los carriles de Transmilenio para el tráfico mixto los días festivos. Claro que en este aspecto las autoridades locales también tienen la culpa, ya que también participan en la mesa donde se decide si se utiliza o no, más si se tiene en cuenta que es a Soacha a quien le toca reparar las losas cuando se deterioren.
Pero en medio de las críticas y los elogios, de la poca planeación y la improvisación, de los sobrecostos y las deudas (sobre todo para el municipio), Transmilenio es una realidad que ahora forma parte de la vida diaria de los soachunos. Es un sistema que ha mejorado los tiempos de desplazamiento para cerca de 80 mil habitantes que se desplazan diariamente entre Soacha y la capital de la República.
“Aquí lo que todos esperamos es que se acelere la construcción del puente de San Mateo, que el gobierno nacional cumpla la promesa de ampliar las estaciones, que el alcalde Nemocón le meta el acelerador a los alimentadores y que construyan las fases dos y tres para que Transmilenio llegue hasta el Vínculo”, concluyó Juan Felipe Chía, residente en la comuna uno de Soacha.
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