Los páramos nos hacen un llamado, juntos protejámoslos
Antes de adentrarnos en el riesgo latente que corren nuestras comunidades y de manera directa su desarrollo, debemos conocer qué son y cuáles son sus beneficios. A menudo escuchamos sobre los páramos, pero poco sobre la manera en la que debemos actuar para cuidarlos y así garantizarnos un verdadero bienestar.
Estos bellos paisajes son ecosistemas tropicales de montaña que se desarrollan por encima del nivel del área de bosque y que frecuentemente se limitan con zonas nevosas; cuentan con una multitud de vegetación que los hacen especiales, lugares de cuento.
Para definirlos no hay criterios que los delimiten, su término hace referencia principalmente a la vegetación característica que se encuentra en las altas montañas, también fueron «bautizadas» por comunidades ancestrales y trascendieron para llegar a ser mesetas desérticas y áridas batidas por el viento con características propias de los paisajes ecuatoriales de los altos Andes.
En Colombia se dan dentro de las latitudes 8º sur y 11º norte, específicamente desde el norte del Perú hasta la Sierra Nevada de Santa Marta, uniéndose con la cordillera de Talamanca y la cordillera de Mérida en Venezuela. El páramo con pastizales y frailejones propios de nuestras regiones se extiende entre los 3.500 y 4.500 metros y el superpáramo ubicado a altura mayores a los 4.500 metros.
Su clima es muy variado frente a la distribución de la precipitación pluvial (meteorología: Agua procedente de la atmosfera que se deposita sobre la superficie de la tierra), su temperatura que promedia durante el año es inferior a 10ºC en sectores que se ubican por debajo de los 3.600 metros sobre el nivel del mar.
La vegetación es de tipo arbustivo por lo que es muy frecuente encontrar matorrales, romerillo o hierba de San Juan (Hypericum laricifolium) que se establece en bajas como altas alturas de los páramos. (Calamagrostis effusa) que se reconocen por contar con hojas generalmente largas y de lámina estrecha con una flor por espícula. Frailejonales o Frailejones que podemos hallar cerca de 88 especies de este género, caracterizadas por ser bastante altas, con peciolos (Botón que sostiene la hoja) y con una inflorescencia muy llamativa en la parte media y finalmente los prados que incluyen cojines o colchones de plantas que crecen en lagunas o cubetas.
El consumo indiscriminado e inconsciente de muchas de las principales ciudades del país que toman agua para el consumo humano de las fuentes parameras les han llevado a un riesgo latente, la continua producción de papa, quemas, recolección de leña, pisoteo y pastoreo, desarrollo de obras civiles, minería e industria del turismo, se han convertido en las causales para que las fuertes temporadas de calor sean las protagonistas sumadas al calentamiento global que afectan directamente la permanencia y existencia de los páramos.
Para garantizarles su bienestar es necesario que sean conservadas y convertidas en reservas naturales protegidas, adicionalmente acondicionadas como zonas de estudio e investigación ambiental. Debemos entender que en estos espacios se albergan aproximadamente 4.700 diferentes especies de plantas, 70 de mamíferos y que son el principal pilar en la regulación del ciclo hidrológico de Colombia.
Para mitigar el efecto que ha provocado el mismo ser humano, la comunidad internacional se ha unido entorno a las Naciones Unidas para darle una vital importancia a la Cumbre del Clima que se lleva a cabo todos los años y que busca reducir de manera drástica las emisiones de gas efecto invernadero, principalmente C02 y así mantener la temperatura global por debajo de los 2 grados centígrados (ºC).
En esta importante cumbre se han trazado líneas de acción que integran:
· Reducción de emisiones de al menos un 40%
· Erradicar la deforestación
· Aumentar los fondos públicos y privados para enfrentar el cambio climático.
· Coadyuvar a países en desarrollo
· Para lograr estos objetivos todos podemos aportar así:
· Disminuir el uso de agroquímicos y pesticidas
· Evitar y denunciar la utilización de implementos para fumigar cultivos, lavar en ríos, quebradas y arroyos.
· Evitar realizar fogatas para la preparación de alimentos en el campo
· Evitar y denunciar la tala de árboles nativos
· Evitar dejar o arrojar desperdicios en el bosque como vidrios, plásticos, alambres o materiales de construcción.
· Impedir retirar o destruir el revestimiento del páramo, especialmente el musgo en época decembrina (elaboración de pesebres).
· Informar sobre el desarrollo de actividades agropecuarias
Su permanencia y preservación es asunto y responsabilidad de todos, denuncie a la línea 123 cualquier hecho que los afecte, únase a las campañas ambientales y sea semillero con los más pequeños porque ellos merecen y tienen derecho a conocerlos y acogerlos.
Fuente: Policía Nacional de Colombia
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