¿Puede ser Bogotá un buen vividero?

Establecer una ciudad que propicie la igualdad y la felicidad es el objetivo central del Plan de Ordenamiento Territorial. El desafío no es de poca monta: cada día son más las personas que demandan educación, salud, vivienda, recreación y espacio público.


“Para otro lado no me puedo ir porque no hay solución. Si me voy para mi pueblo me muero de hambre”. Cileni Flórez suma 16 años en Bogotá y llegó cuando tenía diez, proveniente de un pueblito llamado Tamalamequito, enquistado en El Banco (Magdalena). Es madre soltera, tiene dos hijos y sobrevive con un salario mínimo.

No se queja, pero sabe que no es del todo feliz en la ciudad: reside a más de media hora de la casa de familia donde trabaja; paga $250.000 por un cuarto estrecho en el que se acomoda junto a sus hijos; la plata apenas le alcanza para llegar a fin de mes y ahora la agobia la educación de su hija mayor, que el próximo año entrará a primaria.

Su situación no es ajena a la de muchos que hicieron de Bogotá su hogar. Según la última encuesta de percepción ciudadana de la Cámara de Comercio, una de cada cuatro personas está insatisfecha con la capital como ciudad para vivir. El costo de vida, la inseguridad, las condiciones de movilidad y los costos de adquirir casa propia han llevado a que el 54 % contemple irse a vivir a un municipio cercano. ¿Pueden cambiar las cosas?

El Distrito confía en que sí y sus esperanzas están puestas en el modelo de ciudad que propone para los próximos 12 años mediante el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), la hoja de ruta que definirá hacia dónde y cómo debe crecer Bogotá, garantizando la calidad de vida de los capitalinos.

Precisamente, el objetivo principal del documento es “alcanzar la felicidad como bien supremo”, garantizando para ello una óptima cobertura de servicios públicos, educación, salud, recreación, cultura y espacio público, entre otras.

El reto no es de poca monta y para la administración, el gran desafío es que un ciudadano tenga acceso equitativo e incluyente a lo que denomina el sistema de equipamientos; es decir, colegios, hospitales, zonas deportivas y de ocio, centros culturales y sitios de abastecimiento de alimentos, entre otros. Todo esto, para satisfacer las necesidades de 8,1 millones de habitantes, más los 1,6 millones que se prevén llegarán durante la próxima década.

La gran dificultad —y aquí es cuando aparece el POT— es que en principio se requieren 1.300 hectáreas de suelo para levantar esos equipamientos, robustecer el espacio público y garantizar el cuidado de entornos ambientales. Es decir, para cubrir esa demanda se necesita un espacio de casi diez veces el parque Simón Bolívar (113 Ha). No obstante, así se logre gestionar este espacio, vale resaltar que la ciudad seguiría estando lejos de alcanzar el estándar internacional de calidad de vida, que indica que se necesitarían 4.600 nuevas hectáreas de suelo para construir la infraestructura social que requieren los capitalinos.

El interrogante es ¿cómo gestionar tal cantidad de terrenos? Según el proyecto, la respuesta está en un aprovechamiento más eficiente del suelo público disponible, así como en la gestión de nuevas áreas y planes de renovación urbana. Todo cuesta y para hacerse a las hectáreas requeridas el Distrito les apuesta a mecanismos de financiación que incluyen el cobro de impuestos habituales (por ejemplo, el predial), la valorización, el cobro por plusvalía, los pagos y compensaciones por construir, y el aprovechamiento económico del espacio público; es decir, recaudar dinero de quienes se benefician de las calles.

“Se debe promover el uso y ocupación razonable del suelo, basado en criterios de desarrollo urbano denso, compacto, cercano y sostenible, con suficientes servicios sociales y espacio público. Todo esto, articulando los sistemas ambientales de soporte y reduciendo la huella ecológica del crecimiento”, indica el documento, que también plantea la declaratoria de suelo prioritario para concretar el sistema de equipamientos que se necesitan.

Una mejor calidad de vida es el objetivo y aunque este frente —desde la perspectiva del Distrito— se cumple con la garantía de equipamientos, del POT no quedan exentos aspectos como el medio ambiente, por lo que propone organizar la ciudad alrededor del río Bogotá, garantizando su disfrute y el equilibrio con el espacio público. En materia de movilidad, además del uso intensivo de la bicicleta y de construcción de nuevas vías como la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), la apuesta es por ampliar la red de troncales de Transmilenio y hacer realidad el metro, para que la mayoría de personas vivan a menos de un kilómetro de ellos.

En lo que corresponde a desarrollo rural, se contemplan equipamientos que serán ubicados en centros poblados y en áreas de producción agrícola y ganadera, así como la explotación responsable de recursos naturales.

Para concretar el sueño de tener casa propia, el Plan de Ordenamiento le apunta a la gestión de suelos para el desarrollo de programas de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) e Interés Social (VIS). Allí la ocupación sería de alta densidad, para que en un mismo apartamento no viva solo una persona, y se buscaría construir en zonas de expansión. En materia de financiamiento, se plantea que el Distrito destine recursos para adquirir predios ocupados ilegalmente y los ceda a título gratuito a sus ocupantes. También se proponen subsidios familiares de acuerdo con la zona o proyecto en que vayan a ser aplicados.

Así, al integrar equipamientos, viviendas, medio ambiente, nuevas vías (especialmente para conectar a Bogotá con municipios de la región) y espacio público, el proyecto del POT confía en garantizarle a cada bogotano bienestar y desarrollo, orientado a hacer mejor su calidad de vida por medio de una red de nodos urbanos y metropolitanos.

En caso de lograr el ordenamiento organizado y en armonía con el medio ambiente, sumado a la garantía de los servicios sociales, quizá realidades como la de Cileni Flórez puedan transformarse, para que cada vez más personas reconozcan a Bogotá como un buen vividero. ¿Será suficiente el POT?

En cifras

Percepción ciudadana, según Bogotá Cómo Vamos

34 %
De los capitalinos se declaran insatisfechos con el servicio de salud que recibieron en el último año.
50 %
De los ciudadanos residen en una vivienda en arriendo. Quienes viven en casa propia ascienden al 43 %.

Fuente: El espectador

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