Inundaciones destruyen bienestar de habitantes de un sector de Soacha
El periodo de lluvias de los últimos días ha sido la época menos favorable para los
residentes de conjuntos como San Ignacio Etapa 7, Acacias II y los barrios Nuevo Colón y Quintanares de la comuna 4 del municipio de Soacha. La parte
alta de la montaña arrastra piedras y
sedimentos, originando inundaciones.
Los habitantes del sector de Quintanares declaran que su vida se ha convertido en un calvario,
pues existe un taponamiento en los sumideros que causa fuertes inundaciones que
afectan sus viviendas. “Nosotros nos
hemos visto perjudicados porque en el conjunto se nos inunda el primer piso,
perdemos enceres y hay dificultad para
movilizarnos porque parece un río”, dijo Sandra Ávila, administradora de San
Ignacio etapa 7.
“Esto ya
lleva su tiempo, pero antes se tenían unos cobertores abiertos y las aguas
vertían allí y cuando no se necesitaban los cobertores se colapsaban y las
aguas se metían en las casas; como hoy en día no funcionan y tampoco los interceptores, no hay donde ajustar
las aguas, por eso se devuelven. Es urgente que se construyan los desarenadores en la parte alta de la comuna 4 para beneficio de toda esta colectividad porque
hay muchos barrios legalizados afectados
por aguas que llegan a las casas hasta a una altura de 80 centímetros”, manifestó Rafael Rodríguez, presidente de la
JAC de Nuevo Colón.
La comunidad
ha hecho oficios a entidades como la CAR, la Alcaldía y la Empresa
de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá
zona 5, en donde han respondido que desde el año 2014 se iban a implementar
unos desarenadores en la parte alta
y baja de Cazucá, pero hasta la fecha se sigue
esperando la intervención; además se
enuncia que el motivo de las inundaciones se debe en parte a que en el momento
de ejecución de lo colectores de la Autopista Sur no se hicieron los empalmes de las tuberías.
En las
últimas líneas de un oficio se menciona que a la Alcaldía y a la Empresa de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá se les ha comunicado de una construcción conjunta de dos
aliviadores en el sector del barrio Nuevo
Colón, sobre la carrera 4 con calle 45 A, con el fin de hacer que las aguas
tengan mejor fluido.
Por otro lado, en el año 2013 se hizo un convenio
entre la Empresa de Acueducto y Alcantarillado
de Bogotá, el municipio de Soacha y Empresas Públicas de Cundinamarca por un valor
aproximado de 1.300 millones de pesos, los cuales incluían estudios y diseños, parte
de los desarenadores, y determinar
los sitios y obras técnicas que se requerían para construir estas obras. Efectivamente el acueducto
entregó los diseños a través de un contratista de la empresa
y se encontró que se necesitaban 4
desarenadores.
Este medio recibió el caso y pidió respuesta a la CAR, en donde el director de la regional Soacha, Carlos Andrés Pérez, contestó: “En el mes de enero de este año, la alcaldía elevó a la CAR una consulta para saber si se necesitaban permisos de ocupación de cauce para la construcción de cuatro desarenadores en el sector de Cazucá, lo que generó una visita técnica y verificación de coordenadas; allí se logra evidenciar si se encuentra en zona de ronda, sobre cuerpos de aguas intermitentes, permanentes, desde quebradas, ríos, humedales y demás; finalmente el resultado arrojó que efectivamente dos desarenadores necesitaban el permiso, específicamente el uno y el tres”.
Por otro lado,
en la Dirección de Servicios Públicos de
Soacha, en cabeza de Hugo Alfredy Hurtado, se indica que existe una calle que no se ha
intervenido y no se pueden ejecutar
labores porque se podría dañar por los residuos que bajan de la parte alta de la comuna, y sería una mala inversión. Sostuvo
que “a raíz de las condiciones topográficas del manejo de aguas fluviales y servidas
de la parte alta de la comuna 4, repercute necesariamente en la Autopista, pasando
por el barrio Quintanares, la zona industrial de Cazucá, la 56, 48 y la 44, específicamente por los barrios Nuevo
Colón y Quintanares, que son los sitios
de los desarenadores; aquí es donde llegan todos los residuos y líquidos, más que todo en épocas de lluvias, y
obviamente como el sistema de alcantarillado no está conectado a la parte fluvial, precisamente porque todos los
sedimentos que bajan de la montaña taponan las redes, y lo que sucede es que
las redes se desbordan y terminan pegadas a las fluviales, por esto resulta inundada toda la parte baja del sector
de Quintanares y todos los conjuntos que allí están construidos”.
Para solucionar el inconveniente, se van a construir 4 desarenadores. “En
cuanto al No. 1, estamos en la compra del predio y el permiso de ocupación y
cauce que se radicó ante la CAR, en donde hay que pagar por los derechos de
estudios aproximadamente 1.300.000 pesos.
En este sentido se tiene pendiente el avaluó que lo está haciendo la Empresa de Acueducto
para poder comprar esos predios en el barrio Luis Carlos Galán”, explicó
Hurtado.
El desarenador
2, que es el queda en el canal de
Quintanares, “no requiere permiso de cauce ni compra de predio, entonces se está
a la espera que la Empresa de Acueducto actualice el presupuesto para
presentarlo al Ministerio y se dé la viabilidad al proyecto porque los
recursos están dentro del plan de inversión que tiene la Gobernación, a través
de las Empresas Públicas de Cundinamarca”.
Para el desarenador
3, ubicado sobre la 56, es necesario comprar el predio y no requiere
permiso de ocupación de cauce, “pues el Concejo municipal autorizó al alcalde hacer
la compra del predio que tiene un valor de 1.300 millones de pesos, recursos
que ya están en la gobernación; actualmente estamos por hacerle la oferta al propietario. Se está
ad portas de comprar el predio, aunque todo depende del dueño, y si se agiliza el
trámite, se podría intervenir este año”.
En el desarenador
4, que se ubicará en la 44 con 9 este, se necesita permiso de ocupación de
cauce y no hace falta comprar predio porque es público.
Los residentes del sector afectado esperan que el inconveniente sea resuelto lo antes posible, pues afecta la salud de los residentes por los fuertes olores y acumulación de vectores; económicamente con la perdida de muebles, y en la parte de seguridad peatonal y vehicular porque han tenido que quitar las tapas de las alcantarillas. Además se teme por una posible catástrofe porque la montaña se está desmoronando por la misma causa, pues “las aguas vienen todas en escorrentía y no se han capturado; la captura es para que se conduzcan a los desarenadores y de ahí a las tuberías que hay montadas, pero como no se han hecho, las aguas bajan libres, trayendo escombros, tierra y todo tipo de olores que vienen de arriba”, finalizó el presidente de la JAC de Nuevo Colón.
Por: Yineth Camila Castillo
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