¿Qué lleva a los jóvenes de Soacha a vincularse al crimen organizado?
Un reciente piloto realizado por la ONG Creative Associates en varias ciudades del país, incluyendo Soacha, indica que hay varios factores que inciden para que buena parte de los jóvenes se involucren en pandillas, grupos delincuenciales y el crimen organizado.
Dice Enrique Roig, coordinador del área de Seguridad Ciudadana de Creative Associates, que el piloto busca determinar qué lleva a los jóvenes colombianos a vincularse al crimen organizado, teniendo en cuenta que ya han hecho trabajos similares en EE. UU y Centroamérica.
En palabras de Roig, el reclutamiento de jóvenes por combos, bandas criminales, pandillas y otras formas de crimen organizado es un problema al que le han intentado encontrar soluciones alrededor del mundo.
El instrumento lo creó la Universidad del Sur de California (EE. UU.) para conocer los factores de riesgo individual que inciden para que un joven llegue a ser reclutado por una pandilla o termine en actividades delincuenciales, y nació en un proyecto de intervención en Los Ángeles en comunidades con alta presencia de estas problemáticas. “Luego llevamos el proyecto a México y Honduras y ya lo hemos adaptado a seis países. Ahora, en Creative Associates hicimos una alianza con OIM (Organización Internacional para las Migraciones) para adaptarlo a Colombia y ver qué factores inciden aquí”, dijo Roing.
Al traerlo a Colombia se hizo un pequeño piloto con OIM, “para adaptar las entrevistas que les hacemos a los jóvenes, ajustándolas al contexto colombiano y también para mirar las diferentes escalas dentro del instrumento con el fin de ver qué tan relevantes son estas mediciones en el país. El modelo contiene factores de riesgo y factores de protección en la comunidad, en la familia, en el colegio, individuales y de pares”, replicó.
¿En qué consistió el piloto que ya hicieron en Colombia?
Para esta muestra realizamos 164 encuestas en Bogotá, Cali, Soacha (Cundinamarca), Caloto (Cauca) e Ibagué. Lo que necesitamos es expandir el diagnóstico para empezar a adaptarlo a otros contextos dentro de Colombia, porque queremos que este instrumento ayude a que las intervenciones que ya se hacen y las futuras sean más precisas en reducir esos riesgos, y es que lo que pasa con programas que trabajan con jóvenes en riesgo de ser reclutados por grupos criminales es que se hace un poco de todo, desde fútbol, hasta teatro, consejerías familiares y terapia, pero al final no se sabe cómo medir el impacto. Nunca se concluye si el nivel de riesgo se está reduciendo o no.
¿Por qué a pesar de los esfuerzos de los estados, que usted reconoce, hay todavía tantos jóvenes involucrados en el delito?
Lo que sabemos por la evidencia es que hay una serie de factores que influyen. Si los programas tuvieran esa información y supieran exactamente qué comportamientos hay que cambiar y cómo hacerlo a través de factores de protección, tendrían mucho más impacto. El problema es que, como no hay datos, este trabajo con jóvenes se hace con base en un feeling o porque tenemos la anécdota de que con tal chico sí funcionó. Lo que hace este diagnóstico es dar información para precisar mucho más y decir, por ejemplo, este programa está costando tanto y el impacto que vemos es una reducción en homicidios, y que los jóvenes ya no están portando armas.
¿Qué factores llevan a un joven a involucrarse en el crimen?
Lo que vemos consistente de Los Ángeles a Tegucigalpa es la falta de supervisión de los padres, la influencia negativa de los pares, el uso de drogas y lo eventos críticos de la vida. Y digamos, un evento crítico, es como el joven lo perciba, no solamente es la muerte de un ser querido, puede ser una pelea con el novio o la novia. Esa combinación, por lo que hemos visto, es la más influyente. Desde luego, hay contextos de la comunidad en la que se vive, donde entran factores como la dignidad y la pobreza. No digo que unos influyan más, pero sí hay más consistencia en los factores individuales.
¿Qué les falta para entrar a hacer el estudio completo en Colombia?
Lo que falta son recursos. Para entrar a otra fase, necesitamos financiación para hacer el diagnóstico con una muestra más grande que nos arroje resultados concluyentes y ver cómo vamos adaptando la intervención familiar en algunos lugares.
En conclusión y aunque apenas Soacha participó en el plan piloto, es que hay desatención y descuido de los padres hacia los hijos y una gran influencia del entorno y ambiente donde viven los jóvenes, quienes por su vulnerabilidad y en medio de la soledad familiar se dejan llevar hacia el consumo de droga y participación en pandillas, sin dejar de lado la problemática social dentro de los colegios del municipio.
Foto: archivo – Apoyo y entrevista original: elespectador.com
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