Corteros de caña en la Galería Santa Fe
El vallecaucano Fabio Palacios presenta la exposición «Proyecto los BMR (bamba, martillo y refilón), tercera muestra que hace parte del 6° Premio Luis Caballero, organizado por la Secretaría de Cultura, recreación y Deporte y el Instituto Distrital de las Artes.
La instalación estará abierta a partir del 4 de junio en la Galería Santa Fe del Planetario, y su inauguración será el 8 de junio.
«Proyecto los BMR» es una instalación de 582 machetes usados por los corteros de caña durante varios años, que han sido desechados por sus dueños luego de cumplir una vida útil y que corresponden a los nombres bamba, martillo y refilón.
Tecnologías aquí y allá
Acompañando la muestra habrá un video que muestra cómo es la labor de cortar caña. Las siglas BMR buscan predisponer al espectador a ver una muestra de «lujosos automóviles» (por ejemplo, los BMW), para adentrarlos hacia una experiencia sensible que nada tiene que ver con la célebre casa automotriz germana. Hay que contextualizar el significado real de la sigla del proyecto: Bamba es una reconocida marca de machetes, codiciada por cualquier cortero de caña gracias a su corte (Gavilán Colora’o Bamba); el Martillo lo usan para complementar sus oficios de corte de caña; y el Refilón es la técnica más apropiada para hacer cortes exactos de la caña.
Este proyecto busca reconstruir y revalorar toda una serie de sucesos del diario vivir, costumbres de una comunidad, la identidad de una nación, o simplemente gestos que están presentes en nuestras vidas. ¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar a la expectativa? Estos objetos evocadores, como los son los machetes, buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro incansable ante una constante supervivencia racial.
¿BMR ó BMW? He ahí la cuestión
El ser humano siempre está en búsqueda de una identidad (social, política, económica, intelectual, artística, etc.). Para algunos esta posibilidad está ya definida por su manera de ser, por lo que hacen, por sus gustos o por sus formas de relacionarse. Para muchos el estar in es lo mejor pero esta cualidad del esnobismo (tendencia a ir por el lado de las modas) es muy relativa dependiendo de los espacios, los lugares y las comunidades donde se manifieste.
Por ejemplo, para nadie es deshonroso tener un lujoso auto BMW, o tener a su disposición las últimas tecnologías; por su parte, para un cortero de caña su honra está en su herramienta de trabajo: un afilado machete ojalá de marca Gavilán Colora’o Bamba. Este objeto es su amuleto y es como el auto que le da el confort, la distinción dentro de su gremio, y es el objeto que tienen que consentir constantemente para mantenerlo a punto.
Desde este punto de vista, Fabio Melecios establece una analogía entre el objeto hermoso-lujoso y el objeto desechado-reciclado, y el riesgo que contrae cada uno.
«¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y de cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar expectantes?», afirma el artista. «Estos objetos evocadores buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro ante una constante supervivencia racial».
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