La CAR advierte seguimiento y control a las empresas de aprovechamiento forestal
Con acciones silenciosas pero decisivas, la CAR ha comenzado a intervenir en un frente ambiental clave para el futuro de los bosques en Cundinamarca.
En un esfuerzo por fortalecer la gobernanza forestal en su jurisdicción, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) comenzó una nueva etapa de seguimiento y control a las empresas dedicadas al aprovechamiento forestal, con el objetivo de garantizar que estas actividades se realicen de forma sostenible y dentro del marco legal vigente.
La Dirección Regional Alto Magdalena, con sede en Girardot, lidera esta iniciativa que busca hacer trazabilidad a los productos provenientes del bosque, verificando tanto su origen como el cumplimiento de las normativas ambientales en su manejo, transformación y comercialización.
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Actualmente, en esta zona se tiene identificada una base inicial de 36 empresas —28 dedicadas al aprovechamiento maderable y 8 a productos no maderables, como los viveros—, las cuales serán objeto de visitas técnicas para examinar la conducta de cada una frente al uso del recurso forestal.
“Más que aprovechamiento, lo que estamos enfrentando en algunas zonas es una verdadera explotación de los recursos naturales, en especial de la fauna silvestre. Por eso es urgente implementar controles rigurosos y fortalecer la regulación”, advirtió José Edilberto Sarmiento Naranjo, ingeniero forestal de la regional.
La estrategia de la CAR no solo busca frenar prácticas ilegales o irresponsables, sino también impulsar un nuevo modelo de manejo forestal en consonancia con la conservación de los ecosistemas.
A través de este plan, la entidad promueve el uso racional de los recursos naturales, basado en estudios técnicos que evalúan los impactos sobre el agua, el suelo y el aire.
Este enfoque está alineado con la política nacional liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y su plataforma «Vital», que facilita la legalización del producto forestal y promueve la calidad mediante certificaciones ambientales.
Para la autoridad ambiental, la flora silvestre es un recurso estratégico del país y su aprovechamiento debe realizarse bajo estrictos parámetros científicos y legales.
Además de exigir los permisos pertinentes y los documentos de propiedad e idoneidad, la Corporación insiste en que toda intervención en los bosques debe contar con un plan de manejo forestal, respaldado por estudios de impacto ambiental.
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El llamado final de la autoridad ambiental es claro: las empresas deben adoptar medidas correctivas y sostenibles para evitar daños a la biodiversidad y a los servicios ecosistémicos que ofrecen los bosques. Solo así será posible garantizar el equilibrio entre desarrollo económico y protección ambiental.
Foto: CAR Cundinamarca
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