Otra opción

Como habitante de Soacha hace muchos años, con hijos nacidos en esta tierra, veo con amargura que el diario transcurrir de nuestras vidas en este Municipio le da a nuestros habitantes más razones para justificar su desarraigo por el terruño, cada día que pasa los problemas aumentan en número y/o tamaño, sin importar quien se apersone del mando administrativo municipal, solo puede desplegar impotencia para solucionarlos.

Sumemos el quiebre de la estructura política, que arroja esta atomización en la que se encuentra la voluntad de nuestra dirigencia, donde claramente ni siquiera en época de elecciones les importa exprimir el cerebro y bajar las ambiciones personales para encontrar propuestas serias y viables para Soacha.

Los nuevos “vecinos” en Soacha ya se han dado cuenta de que la vivienda no era tan “barata, pues este municipio, a pesar de que quiera, no puede cumplir con la finalidad de brindarles bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida que demanda la población de su territorio. Luego, Señores Administradores (Alcalde, Concejales y demás entes del poder) sírvanse ser más audaces, reconozcan las inmensas limitaciones de esta sufrida población y demos rienda al debate; yo propongo que juntemos esfuerzos todos para que en un ámbito de sana discusión, Soacha y Cundinamarca, acepten que no pueden con las carencias que de todo tipo adornan nuestro diario vivir, y por lo tanto se liberen y nos liberen, dándonos las herramientas para que dejemos esta mixtura que no reconoce nadie, producto de la conurbación con Bogotá, pues no somos un barrio subnormal de la capital, no somos área metropolitana, no somos región, pero tampoco nos parecemos a tantos Municipios serios, grandes y prósperos, como vemos en la Sabana y Cundinamarca. El Municipio con sus enclenques recursos, no puede apuntalar siquiera una mínima recuperación del espacio público, menos podrá dar salida a la movilidad, a la inseguridad y la cada vez mayor petición de subsidios y respuestas de todo tipo.

El Departamento igualmente preñado de carencias, no podrá apoyarnos tanto como quisiera, por lo que mirar al colindante Distrito Capital parece ser la opción, y esperar que luego de surtido el previo y tortuoso trámite que se requiere, éste acepte que la mejor alternativa es la de que el Municipio, como tantos otros, sea de una vez la Localidad 21 de Bogotá Distrito Capital.

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