Hablemos del proceso de paz
Bueno, oportuno y prudente es que Soacha vaya tomando posicionamiento respecto al tema de la construcción de la Paz que se esta llevando a cabo en la Habana Cuba. La razón es muy simple y elemental: este municipio es el mayor receptor de desplazados por el flagelo de la violencia y la lucha armada.
‘Nada está acordado hasta que todo esté acordado’ es el lema del Estado representado en nuestro presidente y delegados para el proceso de acuerdo en la Habana. Sin embargo y pese a que se han vislumbrado los ejes programáticos de los cuales ya han cerrado capítulo en la mesa negociadora, mucho se ha especulado: que no van a purgar cárcel ningún guerrillero, que se van a entregar miles de kilómetros luego del acuerdo, que nunca entregarán en físico las armas, que el estado está “arrodillado” en este proceso, que las víctimas nunca van a ser beneficiarias…. en fin, toda una camándula de hipótesis que con todo respeto a veces pasan de rumores a actos difamatorios, provocando una incredulidad en el sentir de las personas, incluso debilitando el mismo proceso.
Lo que sí es cierto es que sólo quienes han experimentado en carne propia esa plaga amarga de las balas, ruegan el favor de Dios para que ya no tengan que vivir en zozobra, errantes de un lugar a otro, alejados de sus parcelas, queriendo vivir el duelo por la desaparición de un ser querido (para poder cerrar dignamente ese capítulo), añorando los vientos de paz a fin de no ser extraños en su propia patria.
Por todo ello, Soacha sin quererlo e incluso siendo “víctima” de la misma violencia, debió abrir sus puertas durante las últimas décadas abrigando al forastero mediante un hospedaje, luego un alimento, luego una solución de vivienda, de empleo, de estudio, de salud…. abrigos que los Suachunos hace lapsos de tiempo ofrecieron sin saber que se convertirían en protagonistas del mayor recaudo de desplazados de Latinoamérica. Ahora que prácticamente se “Institucionalizó” dicho abrigo en Soacha, debemos dar campanazos de alerta a fin de que nuestro municipio sea visto con ojos “misericordiosos” por el gobierno central, como quiera que desde allí registrarán las políticas post conflicto que pretenderán renovar un país vigoroso y de talante como nuestra amada Colombia, pero cuyo protagonismo será Soacha, pues desde aquí se percibirá el plan de reparación a las víctimas que moran en nuestro suelo, los cuales muchos querrán quedarse, pues ya han echado demasiadas raíces en esta tierra que prácticamente han convertido en su “patria chica”; además, otros tantos querrán venir a este municipio donde sus allegados y familiares establecidos desde antaño porque les han comentado que esta es la superficie de las oportunidades, entonces querrán acogerse a esta tierra que de alguna manera les representará oportunidades de comenzar una “Nueva vida”.
La cuestión aquí no es “llorar sobre la leche derramada”, sino unirnos y tomar una posición radical de apoyo a nuestro gobernante para que entre todos juntos exijamos al gobierno central que Soacha requiere de inversión social, de políticas serias del estado, de las ayudas de los ministerios de manera integral, a fin de construir una Soacha digna para vivir en donde exista de manera eficaz “Bienestar para todos”; pero claro, eso no se conseguirá si nos siguen tratando como una Isla incomunicada en donde las políticas del estado se quedan en letra menuda y muerta.
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