‘Plan descontrol’ a las ventas ambulantes en el parque de Soacha
Aunque reiteradamente las autoridades del municipio han insistido que en esta navidad se activó un plan para controlar la invasión al espacio público en Soacha y mostrar una cara diferente de la ciudad en la temporada decembrina, los resultados de esa estrategia no se ven por ningún lado.
Por tomar sólo un ejemplo basta con pasearse por el parque central de la ciudad, especialmente frente a la Alcaldía y la Secretaría de Gobierno. Vendedores de todo tipo se parquean a escasos metros de la puerta del edificio administrativo a vender chicharrones, fritos con olores desagradables, golosinas, arepas, chorizos y hasta remedios naturistas.
“Desgraciadamente al alcalde y al secretario de gobierno les quedó grande controlar esto. Yo sí pensé que por lo menos en diciembre habría orden, pero lo que vemos es que la cosa empeoró. Es triste que en la nariz de la Alcaldía ocurra esto”, manifestó Gloria Duarte, residente en la comuna dos.
“Uno esperaría que por lo menos la entrada a la Alcaldía estuviera bonita. Para qué pusieron esas luces y el árbol si los vendedores dañan todo el paisaje del parque. Además esos olores son desagradables y con tanto aceite caliente para los fritos es hasta peligroso”, agregó Omar Alzate, transeúnte del lugar.
Las autoridades del municipio, incluyendo las secretarías de Gobierno, salud y Planeación a través de la Dirección de Desarrollo Económico, además de la Policía nacional, las comisarías de familia, las inspecciones de policía y el ICBF, anunciaron hace apenas tres días la implementación de diferentes campañas con los vendedores informales de Soacha en temas como la contaminación ambiental y auditiva, la manipulación de alimentos y la ocupación del espacio público. Sin embargo los resultados no se ven:
“Yo no entiendo de cuáles campañas hablan ellos. En la 13 no se puede pasar, la cicloruta de la séptima está invadida por vendedores y la zona del parque entre Gobierno y la Alcaldía se convirtió en una plaza de mercado”, dijo Ana María Moreno, habitante de Portalegre.
“Esta ha sido la constante en este gobierno, qué tristeza que esta sea la imagen que vendamos a quienes nos visitan. Personalmente yo sentí vergüenza ayer cuando un familiar me visitó del Tolima y lo traje al parque, me dijo que el desorden era desesperante y que no había autoridad”, replicó Carlos Julio González, habitante de la comuna dos.
Lo cierto es que a pesar de las acciones anunciadas por las diferentes autoridades locales, el desorden en la ciudad aumenta y los vendedores ganan más terreno a medida que avanza el tiempo.
De nada sirven los anuncios porque lo que los ciudadanos observan en las calles es desorden, caos y un ambiente propio de una ciudad invadida por los vendedores ambulantes.
Ni la Administración Municipal, ni las Inspecciones, ni mucho menos la Policía muestra eficiencia para poner orden en una ciudad donde todos quieren hacer lo que les parezca.
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