Más de cinco municipios están perdiendo su recurso hídrico por cantera en Sibaté

La comunidad de Sibaté, Silvania, Granada, Fusagasugá y Soacha lleva más de 15 días realizando un plantón pacifico en contra de la actividad minera que se está efectuando entre las veredas El Peñón y San Miguel, argumentando que la actividad ha acabado con la mayor parte del recurso hídrico de los cuatro municipios.


“La minería que se está llevando a cabo en esas veredas está acabando principalmente con todas las fuentes hídricas, así mismo tiene profundamente afectado nuestro medio ambiente y está dañando las carreteras y la infraestructura de nuestros hogares. Nos está generando un perjuicio irreparable y lo más grave es que hasta el momento los entes de control no han hecho nada, porque los dueños de la cantera tienen todos los permisos para operar al día”, expresó Agustín Zamudio, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda de San Miguel.

La empresa extractora por la que la comunidad dice sentirse afectada es Colombiana de Minerales (Comin), la entidad pertenece a un grupo de empresarios italianos, dueños de la multinacional Minerali Industriali, quienes están explotando el territorio comprendido entre la Vereda de San Miguel y El Peñón, en el municipio de Sibaté. La comunidad argumenta que el sitio que está siendo explotado era el corazón del medio ambiente de la zona y donde estaba el nacedero del Río Muña, que daba agua a más de cuatro municipios.

“Hoy en día por cuestión de la minería efectuada por Comin, el nacimiento del río Muña se secó, el nacedero estaba rodeado de un paraíso hermoso en el que se presenciaban las condiciones ideales para la propagación del preciado líquido. Todo lo que ofrecía ese terreno lo acabó la minería. Lo más triste es que fueron unos extranjeros los que acabaron con lo más preciado que teníamos, solo nos perjudicaron, nos quitaron todo y nos dejaron sin nada”, expresó el líder de San Miguel.

Cabe resaltar que un poco más arriba de donde está la mina se ubican los nacederos de agua del acueducto regional de Sibaté, Soacha, Fusagasugá, Granda y Silvania. Las personas de estos municipios que residen más cerca al lugar de explotación aseguran que el agua está escaseando cada vez más, pues han evidenciado que sus terrenos ya no se nutren como lo hacían antes por el preciado líquido, de hecho muchos aseguran que algunas partes de sus fincas ya son infértiles debido a la escases de líquido en el suelo, también evidencian que la presión del agua ya no es ni la mitad de lo que solía ser hace por lo menos ocho años, y que frecuentemente escasea el servicio.

La comunidad rechazó el trabajo de la Corporación Autónoma Regional (CAR) por no hacer el debido control a la empresa, todos fueron reiterativos en asegurar que la actuación de la entidad no solo fue deficiente, sino que defendía los intereses de la mina, puesto que según afirman los habitantes, sus funcionarios solo revisaron los documentos del plan de manejo ambiental que tiene la empresa y a partir de ellos decidieron avalar la cantera.

De acuerdo con la comunidad, si bien en los documentos presentados por Comin aparece un plan de manejo ambiental, la empresa no está desarrollando las exigencias del documento. La gran mayoría de residentes aseguran que la empresa utiliza explosivos en repetidas ocasiones, según lo visto por los residentes lo hacen para fragmentar las rocas grandes que hacen parte de la montaña, además dentro de su trabajo de reforestación están afectado mucho más el suelo, ya que los residentes argumentan que los árboles sembrados en las zonas altas son de tipo Eugenia, la cual no es una planta nativa y en vez de producir y conservar el preciado líquido, requiere de mucha agua para su crecimiento.

Los residentes dicen sentirse indignados puesto que desde que llegó la empresa a explotar el terreno lo único que ha generado es desgracias para la comunidad y división entre la misma, ya que algunos de los habitantes que trabajan en la mina son residentes de las veredas cercanas, en su mayoría del Peñón.

Por su parte, Néstor Eduardo Torres, presidente de la junta de acción comunal de El Peñón, detalló:

“Cuando la multinacional llegó nos prometió todo, en primer lugar que arreglaría la escuela, también aseguraron que nos pavimentarían las vías y nos ofrecieron un modelo de desarrollo que nos permitiría transformar la situación de nuestras veredas. Hasta el momento no hemos visto nada, solamente un hueco inmenso que evidencia cómo acaban con lo que nos rodea; en vez de todo lo que nos ofrecieron, nos regalaron un ambiente lleno de polvo, el cual ha contribuido a la disminución de nuestros cultivos, de nuestro ganado y al detrimento de nuestra salud”, expuso el líder.

Los afectados también afirman estar inconformes con lo que hasta el momento ha sido la actuación de la alcaldía y la personería de Sibaté. Argumentan que después de cuatro años de gobierno fue necesario que la comunidad tomara acciones para que ellos se pronunciaran ante el problema, y aun así la administración municipal los dejó solos en esta lucha.

Ramiro Ramírez, alcalde municipal de Sibaté, respondió:

“No tengo la facultad de cancelar o expedir la licencia de la mina, tampoco he firmado ningún documento que avale la problemática que nos está afectando hoy, y como Sibateño también me duele ver lo que está pasando. Sin embargo la situación se sale de mis competencias, ya que yo no soy quien da la licencia ambiental ni quien aprueba la explotación del suelo”, aseguró el mandatario.

Finalmente, la comunidad comprendida por campesinos, activistas, investigadores, personas de otros municipios y principalmente los afectados, han estado tratando de resolver su problema mediante los mecanismos legales necesarios, entre ellos se evidenció el llamado a la CAR, el cual les dejó mucho que desear y aseguran que en caso de llegar a mediar, no recibirán ningún tipo de compensatorio por parte de la multinacional; la única exigencia de la comunidad es que la mina sea cerrada, pues aseguran que el suelo no da más y que si siguen explotando el territorio de la manera en que Comin lo ha hecho hasta el momento, acabarán con el agua de las cuatro poblaciones, obligando a los campesinos a desplazarse hacia la ciudad a vivir en un entorno con el que no se identifican, abandonando lo que realmente les pertenece.


Vídeo realizado por habitantes del sector

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