La mujer que trabaja por el reconocimiento del Salto del Tequendama
Con una voz suave, segura y apacible, María Victoria Blanco empieza cada jornada de trabajo social y de educación ambiental frente a niños, niñas, jóvenes y adultos que vienen a conocer el Salto del Tequendama, la Granja El Porvenir y su Casa Museo, de la cual se habla mucho por su aparente energía fantasmagórica, que resulta ser sólo un mito.
A las 8 am inicia otro día en la vida de María Victoria, quien lleva más de 10 años luchando, trabajando, recorriendo y admirando el Salto y La Casa Museo, ubicados en este punto de Cundinamarca, jurisdicción del municipio de Soacha. Pero esa es solo una de las joyas que componen la corona, pues en este sitio María también trabaja como directora ejecutiva de la Fundación Granja Ecológica “El Porvenir”, un espacio que parece de mentiras, con nacimientos de agua limpios y naturales, al lado de la caída de uno de los ríos más contaminados del mundo, el río Bogotá.
Desde allí, María Victoria imparte el mensaje de vida y conservación a grupos de colegios y ciudadanos, hablándoles de la conservación del agua, el suelo y la protección de los bosques de niebla en esa zona. Y les cuenta: “ Ese efecto de la presencia del humano en los ecosistemas, los presiona, generando una mayor necesidad de comida, haciendo que las zonas de bosque que regulaban el planeta sean invadidas y se pierda su adecuada función ambiental, es por eso que hoy debemos devolverle algo a nuestro entorno”.
Hablar de la casa museo construida hacia 1923 es toda una muestra histórica de la que hace alarde esta líder ambiental. “Aquí funcionaba la estación del Ferrocarril y en 1930 se inauguró como el Hotel Bochica para los viajeros de paso que disfrutaban de la caratarata del Salto de Tequendama. La casa fue remodelada y adecuada para ser visitada, sin embargo por cuenta de la contaminación del río y las aguas que allí llegaban, dejó de ser un sitio de ambiente familiar. Por más de 30 años la construcción estuvo cerrada.”
Pero hoy en día, gracias al trabajo de esta Fundación, de la CAR y de otras entidades nacionales, la Casa Museo, el Salto del Tequendama y la Granja, juegan otro papel fundamental en la construcción de conciencia ambiental, historia, memoria y patrimonio, ya que esta cuenca hídrica, en la actualidad es Patrimonio Cultural de Cundinamarca.
María Victoria continúa la agenda, y recuerda aquellos momentos difíciles que pasó el Salto para su funcionamiento. “Había problemáticas internas y externas, pues al generar energía con el agua que hacìa parte del recorrido de este caudal, se interfería con su comportamiento, es decir, el Salto no era Salto, no había caudal, no había caída de las aguas en este punto e internamente esta es una zona de reforma agraria y de bosque nativo, con fauna y flora en peligro, por eso se requirió atención inmediata para su recuperación, estaba abandonado”.
Hoy en día, tanto la Casa Museo, que en su interior muestra la cronología del río Bogotá a través de la Ventana Ciudadana con una exposición de fotos e información del río apoyada por la CAR, como el Salto y su comportamiento natural afectado aún por aguas contaminadas del afluente, y la Granja El Porvenir, son la terna perfecta, si de conocer, recorrer, aprender y valorar nuestra historia y nuestros recursos, se trata.
Por: Yessica Leandra Cepeda Villarraga
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