Y… ¿Soacha cómo va?
Es la frase usual que muchos utilizan para preguntar cómo va la actual administración en cabeza del licenciado Eleázar González, algo difícil de responder porque cada quien tiene una mirada diferente y habla de acuerdo a los resultados obtenidos con el actual mandatario municipal
Sin embargo, cuando uno tiene la posibilidad de escuchar varias voces, una polifonía de ideas y de salirse del parque para hablar con los líderes, los jóvenes, las mujeres, los ancianos y como se dice popularmente, con los habitantes de a pie, la cosa cambia.
En las cafeterías del parque y sus alrededores uno escucha a los “sabiondos”, a los que se graduaron en política sólo con el chisme y los comentarios de los demás, a aquellos que esperan que les boten una migaja para voltear su punto de vista y comenzar a propagar un discurso de acuerdo a como les vaya.
Pero en los barrios y comunas, especialmente en sectores apartados del centro, es donde se escucha los verdaderos resultados que ha arrojado esta administración. Claro, igual hay intereses y se habla con pasión, pero las palabras son mucho más ajustadas a la realidad.
Si bien es cierto los problemas son generales, se evidencian más a cierta distancia del parque, especialmente donde el alcalde, sus secretarios y los mismos concejales no tienen intereses. ¡Vaya!, y preguntan algunos. ¿Y es que acaso los señores concejales no tienen intereses de politiquear en algún sector especial? Pues quien lo creyera, pero hay barrios a donde sólo fueron a sacar voticos y jamás volvieron para preguntarle a sus habitantes qué proyecto se puede gestionar y liderar para tratar de resolverlo.
Bueno, pero centrémonos en el alcalde, quien al fin y al cabo es el ordenador del gasto, y lo voy a hacer tratando de plasmar el resultado de dos charlas que me parecieron hasta curiosas.
La primera fue en una cafetería ubicada cerca al Centro Comercial Unisur. Allí un habitante de Soacha defendió a capa y espada el papel del actual alcalde y argumentó que su labor no es tan popular, pero aseguró que deja frutos a mediano y largo plazo, refiriéndose a sus campañas ambientales, educativas y de cultura ciudadana que viene promoviendo.
Su labor de docente le permite sin duda apropiarse de temas que tienen que ver con el cambio de comportamiento de los ciudadanos. Quizá por esto le ha apostado a emprender campañas para que los habitantes cambien de actitud, se eduquen y construyan una Soacha diferente, es decir, la apuesta es menos cemento y más cultura, compromiso y mejor actitud.
No obstante, hay quienes aseguran que en una ciudad como Soacha, tan diversa y tan llena de problemas, este tipo de campañas no sirven de mucho. Y precisamente de eso se trata la segunda charla, un ciudadano raso, habitante de la comuna seis, plasmó lo que muchos de sus vecinos y amigos le han dicho.
“A mí me parece que este alcalde es muy buena gente, bondadoso, honesto, bien saludado y cordial, pero no pasa de ahí. Se ha dedicado a sembrar maticas, a liderar campañas anticolados en Transmilenio y a mostrar grupos artísticos para recuperar el espacio público, y creo que eso es un desgaste porque la verdad pienso que no sirve de nada. La gente se ríe de ver que con bailes se pretende sacar a los vendedores ambulantes de las calles, cuando lo que se necesita es un plan contundente que despeje las vías, los parques y los puentes”.
Bueno, seguramente las dos posturas representan el pensamiento del pueblo, lo que la gente está opinando en las calles y lo que los ciudadanos de a pie sienten y creen de su gobierno. Sin embargo, hay que decir que en 21 meses de administración no es mucho lo que se ha visto, aunque se debe reconocer que es un factor que predomina a nivel nacional; generalmente los mandatarios locales y regionales muestran resultados en su tercer y cuarto año, pero en una ciudad tan “desbaratada” como Soacha, lo ideal es que a estas alturas ya la gente perciba grandes cambios, especialmente en infraestructura, seguridad y espacio público.
No es secreto decir que en estos casi dos años de gobierno la invasión al espacio público se ha incrementado, los delincuentes en las calles han aumentado y las obras de infraestructura no se han visto.
Claro, entendemos que el presupuesto es escaso, que el DANE no nos ha contado bien, que las transferencias de la nación son pocas y que los problemas son muchos. También valoramos las campañas ambientales y de cultura ciudadana porque poco a poco se educa a los ciudadanos, pero esto no significa que las cosas estén bien.
Vale la pena que el alcalde reflexione y piense en lo que era entes de llegar a la alcaldía, que se desprenda de compromisos politiqueros que sólo le hacen daño, evalúe la labor de sus secretarios y directores y, sobre todo, que no se deje manipular de “personajes” que se creen los dueños de Soacha, los mismos que buscan votos desesperadamente para la próxima campaña electoral.
El alcalde debe entender que él es el mandatario, que ya pagó la novatada y que en adelante la gente necesita resultados contundentes. Ojalá, por el bien de Soacha, que el “Profe” se desprenda de ciertos personajes que no lo han dejado gobernar para que redireccione al camino hacia una ciudad progresista, segura y libre de vendedores ambulantes.
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