Concejo de Bogotá advierte que 50 % de carros superan los 10 y 20 años de antigüedad

El 30 %, de acuerdo al concejal Rolando González, superan las dos décadas de uso en la ciudad.


La implementación de buses eléctricos en Bogotá y el debate por la contaminación atmosférica que genera la actual flota de Transmilenio abrió también el debate sobre cómo los carros particulares afectan el aire que respiran los ciudadanos de la capital.

Al respecto, hay quienes consideran que la mitad de los carros particulares que circulan en Bogotá son demasiado viejos, lo cual podría estar contribuyendo al aumento de la contaminación del aire en la ciudad.

De 1.600.000 de vehículos (carros, camionetas y camperos) registrados en Bogotá, el 30% superan los 20 años de uso en la ciudad y el 20% supera los 10 años de uso, generando grandes afectaciones en la calidad del aire en la ciudad.

En una investigación sobre el inventario del parque automotor de Bogotá, el concejal Rolando González encontró que hay 250.000 vehículos particulares modelos 1992 y anteriores, (175 mil carros, 43 mil son camionetas, 29 mil son camperos). El 98% de estos vehículos se mueven con gasolina.

El otro gran porcentaje de vehículos son modelos 1993-1997 (con más de 20 años), de los cuales 170.000 tienen matricula activa, (120 mil autos, 27 mil camionetas y 22 mil camperos). El 95% de estos vehículos funcionan con gasolina.

Esto, a juicio del concejal, afecta la calidad del aire en la ciudad porque los automóviles generan el 23 % de las emisiones por monóxido de carbono, el 80 % de este tóxico proviene de los carros con más de 20 años. Además, de los hidrocarburos que emiten los vehículos particulares, el 85 % de las toneladas son generadas por estos autos, camperos y camionetas con más de dos décadas de funcionamiento.

Para el concejal, es lamentable que no exista una norma que permita la desintegración física y obligue la chatarrización de los vehículos particulares, sacar de circulación un vehículo viejo obedece a una decisión voluntaria de su propietario. Además, cuestiona que la Secretaría de Movilidad no tenga información relevante para proponer una política de incentivos o estímulos para vehículos con tecnologías limpias o que permitan la desintegración física de vehículos viejos.

“Llegó la hora de implementar un mecanismo que lleve a la desaparición de los denominados motores sucios, estableciendo estímulos o incentivos tributarios, que le permitan a sus propietarios convertir sus vehículos a energías limpias o chatarrizarlos”, planteó González.

Sugirió, igual, que en caso que una oferta de esta índole no sea acogida, se debería explorar la posibilidad de que el Gobierno Nacional prohíba la circulación de los denominados carros viejos a partir del año 2035.

Lo más preocupante es que la Secretaría de Movilidad no ha realizado un estudio específico frente a la antigüedad del parque automotor de la ciudad que permita conocer kilometrajes recorridos o los impactos del consumo de los combustibles usados.

Fuente: Lafm.com.co

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