El “Elefante blanco” de los vendedores de Soacha
El 30 de julio de 2014 se socializó el plan de reubicación de los vendedores ambulantes, asegurando que sería la alternativa para una parte de quienes ocupaban las calles del municipio. El sitio escogido fue un amplio espacio detrás de Casalinda en San Mateo, pero pese a invertir más de 2 mil millones de pesos, hoy el lugar está abandonado y a merced de la delincuencia.
El proyecto que se vendió fue la realización de un gran pasaje comercial con aproximadamente 150 módulos de dos o tres puestos cada uno. Así mismo se anunció una inversión de 2000 millones de pesos, que incluía el tratamiento de suelo urbanístico con redes sanitarias, eléctricas y una zona de actividad infantil y de tercera edad intergeneracional, al igual que un auditorio cultural. Su terminación se anunció para el mes de agosto de 2015.
La apuesta era reubicar inicialmente a 140 vendedores que vivieran en Soacha, en un terreno de 14 mil metros cuadrados al lado del Portal de Casalinda en San Mateo.
Ver: Se socializa el plan de reubicación de los vendedores ambulantes
“El proyecto cuesta alrededor de 2.000 millones de pesos, queremos garantizar la generación de ingresos para ellos y la afluencia de público para la comercialización de sus productos. Estoy seguro que les va a gustar porque el diseño fue gestionado por el mismo señor Alcalde con los arquitectos especializados de Amarilo, donde se pensó en cada uno de los temas importantes que los vendedores de una u otra manera nos han manifestado”, expresó el director de Desarrollo Económico de la alcaldía de ese entonces.
Pero tanta dicha no podía ser realidad. El amplio espacio se intervino y de todo lo anunciado sólo se adoquinó el terreno, pero quedó pendiente lo demás, es decir, la tarima cultural, los módulos para los vendedores, la zona infantil y algo que es esencial: los baños y los servicios públicos.
“Esto da pena porque representa lo que han hecho las administraciones de Soacha. El espacio está abandonado desde el gobierno de Nemocón y ahora está lleno de basura, pasto y delincuentes”, sostuvo un habitante de San Mateo.
Y el tan anunciado “gran pasaje comercial” se quedó solo en proyecto, porque lo único que existe hoy en día es un amplio terreno adoquinado, sin servicios públicos y sin un solo módulo para vendedores.
La obra se convirtió en otro “elefante blanco” de los muchos que existen en la ciudad, gracias a la mala planeación y cuestionada escogencia de los contratistas.
Y mientras las calles de Soacha se inundan de vendedores ambulantes, en San Mateo existe un espacio que se puede habilitar, pero que nadie se explica por qué sigue abandonado y ahondando el detrimento que ya sufre el municipio.