Emprendedor bogotano puso a rentar las bicicletas viejas
Esas bicicletas viejas que estorban y ya no se usan, pueden convertirse en una fuente de ingresos económicos en esta época de crisis.
Daniel Otero es un joven emprendedor bogotano, pero sobre todo un apasionado por las patinetas y bicicletas eléctricas. Cree que estos vehículos son una respuesta para las problemáticas de contaminación ambiental y congestión vehicular que enfrentan ciudades como Bogotá.
Dice que lo único que ha hecho en su trabajo es apostarle a otras formas de transporte. Lo cierto es que antes de que llegaran grandes empresas como Grinn y Voom (antes conocida como Movo) él ya había incursionado en este negocio con su empresa Muvo.
En octubre, y en plena pandemia, sacó al mercado un nuevo emprendimiento que posibilita el alquiler de patinetas eléctricas y bicicletas usadas (eléctricas o mecánicas), ampliando así las opciones de transporte para moverse en la ciudad. Otero es pionero en esta materia, pues si bien existen compañías que rentan este tipo de vehículos, Ozon se diferencia al ser la primera en hacerlo con usados.
En suma, este marketplace ofrece servicios de suscripciones mensuales a vehículos de micromovilidad de segunda mano, lo que permite que personas con bicicletas acumulando polvo en un garaje, puedan rentarlas y así convertirlas en una fuente de ingresos; pero también que terceros tengan opciones más accesibles a este tipo de medios de transporte, ya que el cobro por mes de este servicio parte de los $20.000, dependiendo de las características del producto.
“Recibimos todo tipo de bicicletas, porque queremos democratizar el acceso a estos servicios. Obviamente, dependiendo de la antigüedad y de su gama, el valor de alquiler puede ser mayor o menor, pero tenemos tanta variedad que el más económico va desde los $20.000, llegando a los $200.000 mensuales”, explica.
Aunque en efecto, reciben cualquier bicicleta, estas pasan por un filtro para identificar si se encuentran en perfectas condiciones; de lo contrario le hacen las reparaciones necesarias (como el cambio de zapatas y corazas desgastadas), y cobran esos repuestos más adelante al propietario del vehículo (la mano de obra la pone Ozon).
La idea es que los alquileres se hagan por mensualidades, ya que la apuesta es que este emprendimiento pueda consolidarse como una alternativa de transporte para la cotidianidad de las personas, y no algo meramente recreativo. También, para que sea atractivo para los propietarios del vehículo, pues eso mitiga la logística de recogida y entrega del mismo.
Otero es consciente del robo de bicicletas en la ciudad y asegura que su plataforma integra un mecanismo de seguridad en la que se le pide, tanto a propietarios de vehículos como a las personas que buscan rentarlos, una selfie y una foto de la cédula. Internamente utilizan un software para consultar bases de datos y revisar el pasado judicial de las personas. Si encuentra inconsistencias se les niega el registro.
Del mismo modo se alerta a los propietarios que si alguien llega a reclamar ese vehículo como robado no se le devolverá, a no se que pueda comprobar su propiedad. Adicionalmente la compañía cubre con un seguro contra robo a todas bicicletas o patinetas eléctricas que sean rentadas, al igual que el mantenimiento, reparación y seguro contra accidentes.
Por lo pronto, Ozon opera en Bogotá, Medellín y Ciudad de México, pero las apuestas se encaminan a crecer en otras ciudades y pasar de los 500 usuarios, que consolidan actualmente, a más de 20.000, en 2021.
En este sueño Otero también ha conseguido aliados. En México se asoció con Grin para que esta pueda rentar sus patinetas y bicicletas eléctricas mediante su plataforma, y en Colombia está a puertas de rentar motos eléctricas de la marca Auteco.
Tomado de elespectador.com – Foto: referencia (welovecycling)
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