Centros Comerciales Empresas socialmente responsables

Cada vez que se inunda la Autopista Sur a la entrada del centro comercial Mercurio (aclarando que la culpa no es del mismo) me surge una pregunta ¿Hasta dónde estos grandes centros comerciales tienen una responsabilidad, por lo menos ética con sus miles de clientes, independiente de las obligaciones y falencias de las administraciones de la ciudad?


Suele ser un tema muy ambiguo hablar de responsabilidad social en las grandes empresas independiente de las diferentes variables que pueden dar aportes al problema como son los deficientes controles de las administraciones, las investigaciones de mercados, los arquitectos constructores, la falta de planos y de planes, entre otras. Investigo en internet y encuentro variadas opiniones. Digamos, que en una primera valoración encuentro el origen del problema: “…No basta encontrar un terreno grande, construir un hermoso edificio combinando pasillos, escaleras eléctricas y ascensores. Uno de los errores más comunes es no tener en cuenta el Plan de Ordenamiento Territorial” [[(1) 1. Diana Chaparro, decana de mercadeo y presidenta de la asociación de de programas de mercadeo (aspromer)en http://m2m.com.co/interna.asp?mid=1&did=2761]] Bueno, y… ¿cuando no hay plan de ordenamiento, o no es claro? ¡Porque en algunos lugares pasa!

Sigo buscando y leo algo muy interesante, además vieniendo de una publicación de un emporio de los centros comerciales de la capital: “Así sea un tema que tiene largo kilometraje, en los últimos años hablar de RESPONSABILIDAD SOCIAL[[ (2) www.geimpresionante.com/sitio/responsocial(1).pdf]] en las organizaciones empresariales, se convirtió en un tema de la política integral de las empresas… Se debe entender la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), también llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como la contribución voluntaria de una empresa al mejoramiento social, económico y ambiental de su entorno, bien sea en lo interno o en lo externo, …” ¿Podría, por decir algo, un centro comercial ubicar un puente peatonal artesanal, buscarlo en alianza con la administración, donarlo, gestionarlo? No sé, se me ocurren diversas posibilidades, sin que eso obligue, pero el papel aguanta todo (no es sarcasmo).

Mientras una respuesta surge, sigo con mi investigación virtual y puedo resaltar algo muy interesante “… ser socialmente responsable, no significa solamente ser exitosos en lo comercial y cumplir cabalmente con las obligaciones jurídico-tributarias, sino también ir más allá de su cumplimiento, invirtiendo más en el capital humano, el entorno y las relaciones, a quienes mejorando su calidad de vida, serán mañana nuestros mejores clientes”. Por lo que veo, son múltiples las alusiones al tema de responsabilidad social de las empresas, casi todas inspiradas en la solidaridad hacia el cliente (no debería llamarlo así, debido a que en la relación cliente-empresa se supone están la mano, cincuenta-cincuenta), como parte vital del propósito económico del mercado.

La otra parte, la humana, tiene que ver con la fidelidad de la comunidad, que pasa toda clase de adversidades para asistir cuasi religiosamente a realizar sus compras: pagar un carrito que atraviesa el gran charco, hacer equilibrio en unas tablas de madera con niños alzados, franquear la inundación por los propios medios en botas pantaneras, soportar los malos olores. ¿Puede llamarse a esto lealtad? ¿Reciben de lo mismo? ¿Se les tiene en cuenta? Alguien dijo por ahí…y pa´ que van allá?, pero esa no es la solución.

En conjunto, no podemos ignorar, los múltiples mensajes que transmite un centro comercial, que llega a cientos de miles de personas. Unas, porque es lo primero que ven cuando salen de sus casas, otras porque aunque lo ven más lejos, digamos desde las laderas que rodean Soacha, también encuentran en estas hermosas construcciones un referente para ponerse una cita, casi simultáneamente otros cientos utilizan sus bancos, sus lugares de comidas, sus diversiones, y algunas creemos que en este mundo post-moderno los centros comerciales son los escenarios idóneos para promover ciudadanía, hacen parte del espacio público, así sea privado, y que sobretodo sus instalaciones no acaban en sus puertas, sino que también embellecen su respectivo entorno, contribuyendo así al mejoramiento de los lugares donde funcionan. Mejor dicho, aunque de particulares son de todos.

Dicho esto, para que el artículo no suene a denuncia, que de hecho no lo es, quisiera finalizar escribiendo, que queda totalmente claro que las inundaciones en Soacha son un problema añejo, grave y que no es culpa de los centros comerciales. Lo que intento es “tocar” la conciencia de las empresas que con todos sus aportes hacen de nuestra Soacha más moderna, y esperamos de ellos algo de comprensión, por lo menos, si no alcanza a ser lealtad, para que la próxima vez que vayamos a “mercar” no nos mojemos los pies.

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