Con moléculas de lulo elaborarán empaques biodegradables

Con la cáscara y las semillas del lulo, así como con la cutícula de los tallos y hojas del árbol, se puede obtener un compuesto químico que es idóneo para fabricar bolsas o películas elásticas. El secreto está en una pequeña pero fuerte molécula llamada cutina.


Según la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) y Proexport, durante los últimos cuatro años la producción agrícola del país se ha incrementado en cerca de 2,5 millones de toneladas (m/t), representada no solo en productos tradicionales de exportación (como el banano), sino también en nuevos (como palma, frutas y hortalizas).

Esta deliciosa fruta ácida, que crece de forma espontánea en la zona andina, se cultiva principalmente en países como Ecuador, Perú, Honduras, Panamá, Costa Rica y Colombia, y es utilizada para preparar jugos, sorbetes, mermeladas y postres.

Residuo provechoso

El profesor Pedro Vanegas, científico del Grupo de Investigación en Procesos Agroindustriales (GIPA) de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, dice que “las características sensibles del lulo han hecho que tenga muy buena aceptación en mercados internacionales y que el país, por poseer las condiciones para sembrarlo, tenga la posibilidad de incursionar en grandes nichos”.

Como subproductos del procesamiento de la fruta, se obtienen restos de pulpa, semillas y cáscaras que en la industria son desaprovechados, pese a que contienen mayor proporción de compuestos bioactivos (fitoquímicos) que los productos finales (jugos y pulpas). Estas sustancias, aunque no son propiamente nutritivas, tienen otras propiedades a las cuales se les puede sacar ventaja.

Precisamente, en la cáscara y en las partes aéreas de la planta (tallos, hojas, flores y semillas), se encuentra la cutícula, una capa cerosa que actúa como barrera natural para que el vegetal pueda evitar la pérdida excesiva de agua.

Este material se compone de cutina, un polímero o macromolécula orgánica compuesta por dieciséis moléculas (monómeros) de carbono sin doble enlace y por dieciocho con doble (se les llama carbonos esterificados). Esta propiedad hace que entre el 40% y el 80% del peso de la cutícula se componga de cutina.

Por eso, los investigadores del GIPA examinaron la manera de extraer esas moléculas. El profesor Vanegas indica que la producción de un biopolímero que aproveche las características moleculares del lulo y esté disponible en la industria constituye una alternativa para reemplazar empaques y materiales contaminantes derivados del petróleo.

“Podría obtenerse a un bajo costo, debido a la utilización de un residuo que generalmente es desechado y que es una fuente de contaminación ambiental”, afirma.

Fuente: Unimedios, amplíe la información en: http://bit.ly/WXcoP8

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