China ya es la nueva primera potencia mundial, según el FMI
Cambio histórico: el tigre asiático supera este mismo año a Estados Unidos, que era líder económico del planeta desde 1872.
El calendario se acorta: China adelanta a EE.UU. y es ya en 2014 la primera potencia económica mundial, según se desprende de los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Un hito que llega cinco años antes de lo esperado, pues hasta ahora los pronósticos del FMI habían atrasado este cambio histórico hasta 2019.
En concreto, el PIB chino en 2013 alcanzaba los US$16,15 billones y el de EE.UU., que ha sido la primera potencia del planeta desde que superó a Reino Unido en 1872, superaba esa cota para escalar hasta los US$16,77 millones. Un año después, el escenario cambia: China suma US$17,632 billones y US$EE.UU., US$17,416 billones, en un nuevo orden mundial que se mantendrá al menos durante el próximo lustro, según el FMI.
Y es que la diferencia entre China y EE.UU. se irá ampliando a favor de la primera hasta 2019, el último año para el que el Fondo elabora previsiones. En ese ejercicio, el PIB chino será de US$26,9 billones y el de EE.UU., de US$22,1 billones.
Es el resultado de las sólidas tasas de crecimiento del tigre asiático, que llegarán al 7,4% este año y al 7,1% en 2015. Más a largo plazo, China, que se enfrenta al reto de lograr un «suave aterrizaje» en una transición hacia una economía más sostenible y dependiente de la demanda interna, crecerá un 6,8% en 2016, un 6,6% un año más tarde, un 6,4% en 2018 y un 6,3% en 2019.
Mientras, EE.UU., que carga con el peso de los desequilibrios presupuestarios y con un lento avance del mercado laboral, se acelerará un 2,2% en 2014 y un 3,1% en 2015. Ya en 2016, la tasa será del 3%, para pasar al 2,9% en 2017 y al 2,7% en 2018. La serie del Fondo se cierra en 2019, cuando se confirma esa desaceleración pausada con un 2,6%. No obstante, EE.UU. no deja de ser mucho más rica que China, donde los ingresos por habitante suponen sólo una quinta parte de los estadounidenses.
Esta medición está realizada en paridad de poder de compra, la más rigurosa, pues no está sujeta a las volatilidades del tipo de cambio, como sí sucede en el cálculo basado en el volumen de PIB en dólares corrientes. En este último caso, ninguno de los organismos internacionales augura un relevo similar.
Lo que sí se produce en una u otra medición es un acusado descenso de España. El país, que en 2007 presumía de jugar en la Champions League económica, pasa del vigesimosegundo puesto previo a la crisis al vigesimoséptimo. Pierde así 5 posiciones en el ranking por paridad de poder de compra, al ser adelantado por Canadá, Indonesia, Corea, Turquía y Arabia Saudí.
En la clasificación por dólares corrientes, la pérdida de peso es mucho más evidente, pues cede siete puestos. Del octavo lugar de 2007 cae hasta el decimocuarto en 2019, rebasado por India, Brasil, Rusia, Canadá, Corea, Australia y México.
Fuente: larepublica.co
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