En plazas de mercado, residuos se volverán insumos industriales

Cuarenta recuperadores ambientales de las Plazas Distritales de Mercado y Corabastos, apoyados por el Instituto para la Economía Social (IPES), pusieron en marcha su empresa de emprendimiento ambiental con el fin de disminuir el volumen de residuos orgánicos que llegan al Relleno Sanitario Doña Juana y transformarlos para su aprovechamiento industrial.


La Corporación de Recuperadores de Corabastos y Plazas Distritales de Mercado (Corplazas), fue creada hace 4 meses con el apoyo del IPES y actualmente varios de los emprendedores ambientales iniciaron su proceso de formación técnica y complementaria, tecnologías de la información y asesoría permanente en gestión de crédito y fortalecimiento empresarial, brindados por la entidad. Además, cuentan con el acompañamiento de profesionales que brindan asesoría en la selección, clasificación, procesamiento y adecuación de la materia prima quienes han explicado que las cáscaras de legumbres, vegetales, tubérculos y alimentos magullados, entre otras, son deshidratadas, procesadas y comercializadas para uso industrial.

“Siempre hemos pensado que este negocio es rentable, pues diariamente en las plazas de mercado se botan residuos que se pueden aprovechar para obtener ingresos, pero no teníamos la asesoría para hacer de esta idea una empresa”, afirmó Sandra Milena Bernal, madre cabeza de hogar, quien lleva 12 años como recicladora.

Este proyecto hace parte del programa Basura Cero, cuyo objetivo es lograr que los residuos sólidos no sean enterrados o incinerados, sino aprovechados y devueltos al ciclo productivo en un 100 por ciento.

Según datos publicados por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), al relleno Sanitario Doña Juana llegan aproximadamente 6.000 toneladas de residuos diarios, de los cuales el 65 por ciento (3.900 ton/día) son orgánicos potencialmente aprovechables. De esta cantidad, solo el 6 por ciento es utilizado para elaboración de abono orgánico y lombricultura. El restante, genera daño ambiental por el exceso de líquidos nocivos, los cuales facilitan la proliferación de plagas y roedores.

Además de su actividad comercial, los recuperadores tienen previsto montar un restaurante comunitario (son muchos los alimentos en buen estado que se botan a la basura) y adelantar una campaña de sensibilización en las bodegas de Corabastos para separar los residuos orgánicos y contribuir en la minimización del impacto ambiental de ese lugar.

“Buscamos fortalecer a los recuperadores ambientales, cambiando la cultura de extraer, consumir y descartar, por una cultura de emprendimiento y aprovechamiento basada en la separación en la fuente, la reutilización, la reparación y el reciclaje”; afirmó Jorge Pulecio, director del IPES.

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