En Quintanares y Nuevo Colón el municipio tampoco hace nada por mantener las calles del sector

Sumado al deterioro de la mayor parte de la malla vial de la ciudad, en algunos sectores se evidencia el descuido y la negligencia del municipio al no enviar maquinaria de inmediato para limpiar las sucias y deterioradas calles que han dejado los fuertes aguaceros, y que tienen al borde del colapso a buena parte de los habitantes del municipio.


En el barrio Nuevo Colón, por ejemplo, las secuelas de las lluvias también tienen a sus habitantes al borde del desespero: Zancudos, malos olores y barro por montones, son los factores que hacen que la comunidad solicite medidas urgentes por parte del municipio y de la misma Empresa de Acueducto de Bogotá.

Las lluvias que han azotado al municipio han dado cuenta de la complicada situación de infraestructura vial en la que se encuentra Soacha, lo cual genera además de la mala imagen para residentes y visitantes, la proliferación de gérmenes en los hogares de los distintos barrios que se ven afectados por esta problemática que parece no tener fin. El barrio Nuevo Colón es otro de los tantos sectores en los que se expresa la preocupación por no tener una óptima solución para la recolección de sedimentos provenientes de la parte alta de Cazucá.

Cuentan sus habitantes que el 30 de octubre, previo a la celebración de Halloween, el aguacero que cayó sobre el sector hizo que la calle 5 pareciera un verdadero río, a causa del agua que bajó con tal fuerza, que era imposible pasar de una acera a la otra. Pero más allá de esto, todavía quedan las secuelas de ese aguacero como la humedad que la tierra arrastrada contiene, la cual afecta las paredes de las estructuras y la salud de los vecinos.

“A nosotros como comerciantes nos afecta porque el paso se dificulta para la gente que quiere entrar a nuestros negocios a comprar, además el olor nos lo tenemos que aguantar cada vez que llueve y los residuos que bajan de allá de Cazuca vienen a parar aquí al barrio, por ejemplo, usted puede darse cuenta toda esa tierra que queda ahí sin recoger, y hasta el momento no sabemos qué hacer porque la lluvia no para”, señaló Crisanto Peña, comerciante del sector.

“Nos afecta desde algo tan simple como la presentación personal, porque uno sale limpio de la casa a una reunión, o a llevar una hoja de vida y lo primero que se encuentra es con ese barrial por el que no se puede ni transitar; y por otra parte, lógicamente la exposición a enfermedades porque las aguas se depositan debido a que la misma tierra que baja tapa las alcantarillas, “dijo Alejandro Silva, poblador de esta zona.

Por su parte, Patricia Ortiz, presidente de la JAC de Nuevo Colón, indicó que el problema se hace cada vez más grave, teniendo en cuenta que como en todo barrio, los niños son muy inquietos y los residuos siempre están a su alcance, aumentando el riesgo de adquirir alguna enfermedad. De igual manera manifestó que si bien se ha tratado de mitigar el problema por parte de los vecinos, aún falta más compromiso por parte de las entidades gubernamentales para apersonarse de la situación.

“Tenemos el problema desde hace bastante tiempo, inclusive el presidente que había antes también pasó muchas cartas y solicitó muchas visitas, todos peleamos por lo de los resumideros y hemos solicitado ayuda con la Empresa de Acueducto y la Alcaldía, pero no hay una respuesta. En vista de ello, algunos vecinos han salido y por su propia cuenta han sido los que han recogido la tierra y destapado las alcantarillas, sin que eso signifique que toda la comunidad colabore, porque también hace falta el aporte de mucha gente”, puntualizó la dirigente comunal.

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