Fallece joven por presunta negligencia médica

El día primero de Enero hacia las 8:00 am falleció en las instalaciones del Hospital Mario Gaitán Yanguas de Soacha el joven Jonathan Alexander Galindo González de 24 años, ciudadano oriundo del municipio de Soacha e hijo de la reconocida familia Galindo Cantor.


El deceso de Jonathan, según las declaraciones de su progenitora, ocurrió después de que fuera llevado al hospital en mención luego de que se viera afectado por fuertes dolores en el área del corazón para ser diagnosticado y tratado de urgencia por los médicos de turno.

Según una tía de la víctima, una vez se le realizaron los respectivos exámenes de signos vitales previos al examen médico, la enfermera que atendió el procedimiento conceptuó que el paciente sólo presentaba síntomas relacionados con el consumo de licor, ordenándole solicitar por consulta externa una cita con el médico general “por que ella no le podía hacer nada más”, le aseguró la familiar del joven fallecido a www.periodismopublico.com.

La misma persona aseguró que no obstante la gravedad del hecho y ante la insistencia del joven a la enfermera de turno, que él lo que sentía era un dolor típico de un pre infarto, ella sólo atinó a responderle que “se tomara una ‘bomba’ porque “esos eran sólo síntomas de lo que tomó”.

Ante esta actitud, la progenitora del joven optó por retirar de las instalaciones del hospital a su hijo y le manifestó a la enfermera que lo hacía bajo la responsabilidad de la funcionaria del hospital, pero mientras esperaban un vehículo para conducirlo a su casa, al cabo de unos minutos de espera y cuando se hallaba sentado en el suelo, el joven Jonathan fue al parecer víctima de un nuevo pre infarto, lo que obligó a ingresarlo nuevamente a las instalaciones de urgencias con la ayuda de un agente de la policía.

Después de su ingreso, el facultativo que lo iba a atender ordenó que los parientes se retiraran y luego de una breve espera, nuevamente volvió a aparecer la enfermera que lo había atendido a la llegada para solicitar la presencia de sus parientes e informarles a través del médico de turno, del deceso de su hijo.

Para los familiares de la víctima causa gran preocupación el hecho de que se le hubiera negado la atención oportuna al paciente, independientemente de su estado de ebriedad, pero más preocupación constituye el hecho de que el certificado de defunción conocido por este medio, señala que la muerte se produjo por “causa natural” y además se registró una hora diferente a la que el médico le dio el parte a los familiares del fallecimiento. Otro hecho que produce un manto de duda en la actuación de la enfermera, es que el formato donde se registraron las condiciones de los signos vitales desapareció en medio de la confusión generada por la angustia y la preocupación de los parientes y los facultativos.

Conocido el hecho, www.periodismopublico.com entrevistó al coordinador médico, doctor Oswaldo Barrera, para establecer los hechos y manifestó que él ya tenía conocimiento de la situación, la cual constituía en este momento materia de investigación por parte de los directivos de la institución y en la que se debía hacer una revisión exhaustiva a la historia clínica del paciente, realizar un diagnostico etiológico, revisar el informe de la enfermera que lo atendió en su primer ingreso sobre el estado de sus signos vitales y establecer la hora real de su deceso.

Es importante señalar que hay al menos una testigo que asegura que “el deceso del paciente tuvo lugar por negligencia de la enfermera” y lo más grave es que a dicha testigo también se le murió un hijo de 10 años de edad hace cerca de un año en la misma institución.

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