Filosofía Uniminuto para cultivar el pensamiento de los niños
Cultivar el pensamiento de los pequeños es uno de los objetivos de Uniminuto, institución que se encargará de hacer un diálogo sobre el tema en el Hotel Habitel y en el barrio Minuto de Dios de Bogotá, este responde a ser un evento internacional.
El XIX ICPIC bienal internacional de filosofía para niños que formalizará Uniminuto, se lleva a cabo desde el 22 hasta el 27 de julio en Bogotá; el experto de la institución, Víctor Rojas, comparte con padres y educadores algunas recomendaciones para cultivar el entendimiento innato de los niños:
1.
Cultivar
las preguntas de los niños: para que los infantes quieran inquirir todo
el tiempo. Se recomienda dejar que la curiosidad aumente ayudando a que ellos
descubran por sí mismos la respuesta a sus inquietudes.
2.
Volver
a leer cuentos con los niños: esto promueve la imaginación, la escucha,
la investigación y el pensamiento creativo. Las narrativas muchas veces
inspiran a una mente reflexiva sobre todo cuando van más allá de los clásicos
cuentos de hadas y se recurre a cuentos o novelas filosóficas.
3.
Jugar:
el carácter lúdico de las infancias no solo es una cuestión recreativa, nada
más serio que el juego de los infantes. Desde el juego desarrollan habilidades
sociales y estimulan el corriente solidario desde actividades básicas como
ceder el turno, escuchar, respetar la palabra del otro o diseñar estrategias
grupales.
4.
Dialogar:
las buenas conversaciones son aquellas en las que los participantes logran
intercambiar todo tipo de ideas, reflexiones, incluso llegando a disentir del
otro. Los niños aprenden a dialogar en la medida en que dialogamos con ellos.
Dialogar en clase, por ejemplo, significa superar el tradicional monólogo del
profesor y pasar a formar círculos con los estudiantes en los cuales se
intercambien opiniones, razones, preguntas e ideas.
5.
Promover
la autonomía del pensamiento. Estimular que los pequeños recapaciten
por sí mismos orientará la generación de nuevos tipos de sociedades más
autónomas. Si se evita responder por los niños o exigir que los estudiantes deliberen
lo que quiere el docente, que piensen o repitan los conocimientos que les dan
en clase, se podrá cultivar nuevas maneras de acercarse al conocimiento, para
que las personas examinen los criterios de las afirmaciones que escuchan del
profesor o de sus compañeros.
6.
Jugar
a investigar. Así como a los niños les encantan las interrogaciones y
son naturalmente curiosos y desarrollan modales altamente filosóficos para la
exploración de significados, para el descubrimiento de razones, para el
hallazgo de lo desconocido. La investigación tiene todos esos elementos.
7. Promover la capacidad de asombro: Los estudiantes e hijos se sorprenden ante lo desconocido y eso los impulsa hacia la indagación. Las nuevas generaciones están perdiendo el talento para el asombro ante la saturación de información, ante la generación de prácticas pedagógicas que promueven la respuesta y no el cuestionamiento. La sorpresa tiene que ver con la contemplación de lo desconocido. Darse la oportunidad de errar y ser consciente del propio desconocimiento puede ayudar a inducir el pensamiento.
Por: Yineth Camila Castillo
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