Graves denuncias por actos vandálicos en conjunto residencial Morella
Desde horas de la madrugada del día domingo, un grupo de jóvenes vándalos interrumpieron la tranquilidad de los residentes de este conjunto ubicado en el sector de San Mateo. Allí causaron destrozos en el salón comunal y agredieron verbalmente a los vigilantes, quienes impotentes sólo pudieron esperar a que pasara el tiempo para que se marcharan.
Los hechos se presentaron desde las tres de la mañana del día 19 de mayo, cuando estos delincuentes que viven dentro del mismo conjunto, se instalaron al frente del salón comunal, colocaron sillas, un equipo de sonido y, con bebida en mano, se dispusieron a comenzar la parranda. Pero ahí no paró todo, rompieron los vidrios del edificio, rayaron sus paredes y prosiguieron la juerga hasta aproximadamente las dos de la tarde.
“Unos muchachos resultaron bebiendo, se llamó a la policía y se habló con los del Consejo de administración porque ya se salieron de control; la policía a lo único que vino fue a alebrestarlos más porque le pegaron a uno de ellos y ahí empezaron a romper vidrios, acabaron con todo, la verdad muy duro para comunicarse con la Policía. Se hicieron cuatro llamadas al cuadrante y no contestaban, después en Terragrande intentamos para que nos colaboraran pero el teléfono siempre estuvo ocupado, entonces algunas personas fueron al CAI y así se logró que vinieran los uniformados, más encima amenazas y agresiones contra uno”, declaró uno de los vigilantes que presenció el hecho.
Y es que la policía hizo varias apariciones en el lugar pero sólo desde las 7:30 a.m., cuatro horas y media después de que empezó el problema, y la última a las 12:30 del día según la versión de los testigos del hecho y de las cámaras de seguridad instaladas en el conjunto. En primera instancia sólo se limitaron a averiguar qué sucedía, se marcharon y en la última aparición golpearon a uno de los vándalos, desatando la furia de los demás, quienes ya en un estado excesivo de alicoramiento siguieron rompiendo vidrios y ocasionando daños en el bien común.
“Los chinos desafiaron a la policía a punta de madrazos y groserías, un señor ya de edad fue a decirles que por favor le bajaran un poquito al volumen que era que no dejaban dormir y le sacaron machete, todos groseros y todos vulgares ahí”, aseguró una residente a quien por motivos de seguridad se le omite el nombre.
Otro vecino del sector, a quien también se le omite el nombre, expresó su malestar acerca de este acontecimiento que, sin duda, incrementa la preocupación de los habitantes del sector: “La comunidad ya está cansada de los atropellos de seis vagabundos que están amedrentando a toda la gente, ya se volvió costumbre que hagan farras de 10 de la noche hasta el otro día a las 10 de la mañana y nadie soluciona nada, no se puede pedir un policía para cada ciudadano porque ya sería muy verraco, pero tampoco, sólo vinieron dos policías, y al ver sólo un par, dígame usted con qué ánimo queda uno.”, expresó el residente.
¿Quién ayuda a los administradores?
Misael Álvarez, administrador del conjunto, recordando los hechos acontecidos aproximadamente hace dos años cuando precisamente él también administraba otro conjunto cercano, en el que de igual manera un grupo de delincuentes casi acaba con la vida de un vigilante, manifestó su descontento por el abandono al que se ven sometidos los administradores de conjuntos residenciales:
“Las falencias no han sido reconocidas ni mucho menos solucionadas por parte del gobierno municipal. Estamos convocando a los administradores y a los residentes de bien a que nos tomemos la Autopista del Sur, a que nos hagamos sentir porque la policía no tiene el pie de fuerza suficiente y muchas veces ellos se disgustan con los administradores cuando se les llama”, afirmó Álvarez.
Finalmente, los residentes decidieron recolectar firmas, contratar un abogado y establecer una acción penal contra estos personajes; para ello se redactó un oficio dirigido a la Fiscalía General de la Nación, ya que los daños materiales son reiterativos y cuantiosos. Además el interrogante que se hacen todos es: ¿Hasta cuándo vamos a vivir esta situación?
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