Se firmó pacto por la no violencia contra la Mujer
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer se realizó anoche en Soacha un acto de conmemoración que concluyó con la firma del II pacto municipal que rechaza el atropello a las mujeres del municipio.
La Secretaria para el Desarrollo Social, Grecia Pérez, destacó el papel de la mujer en el municipio e invitó a denunciar y rechazar cualquier forma de agresión. «La idea es que seamos libres, que nos hagamos respetar, que nos valoremos y que demos buen ejemplo a nuestros hijos», explicó.
La funcionaria lamentó la situación de muchas mujeres en el muncipio, pero a su vez resaltó el esfuerzo realizado desde la Secretaría, a través de talleres programas y proyectos que buscan el beneficio de la mujer soachuna.
En el acto realizado en el parque principal participó el Movimiento Social de Mujeres de Soacha, la Mesa de Organizaciones de Mujeres, la Alianza Iniciativa de Mujeres colombianas por la paz-IMP, la Corporación Centro de Apoyo Popular-CENTRAP, Aldeas Infantiles SOS, la Fundación Apoyar, el Programa de Mujer y Familia de la Secretaría para el Desarrollo Social y la Alcaldía municipal.
Al finalizar el acto se firmó EL PACTO POR LA NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, apoyado por HOMBRES y MUJERES que representan entidades, sectores, organizaciones, desde las cuales puedan coadyudar a prevenir y erradicar estos actos de violencia.
Cabe resaltar que la historia de este día se remonta al 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134, cuando la Asamblea General declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, e invitó a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen este día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.
Desde 1981, las militantes en favor del derecho de la mujer observan el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).
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