CAR Cundinamarca logró un hito para proteger los bosques y una red de bioeconomía forestal

En pro del cuidado ambiental, la CAR llegó a un acuerdo imortante para establecer una hoja de ruta conjunta para promover el manejo responsable de los bosques.

Una alianza inédita entre el sector público y el gremio maderero fue formalizada en las últimas horas con el objetivo de fortalecer la legalidad, sostenibilidad y productividad del aprovechamiento forestal en el país. Se trata de la firma del memorando de entendimiento, liderado por la CAR Cundinamarca, junto a Fedemadera y Smurfit Westrock.

El acuerdo fue suscrito durante el III Congreso Nacional de Industriales de la Madera, realizado en la Cámara de Comercio de Medellín, y contempla tres líneas de acción estratégicas:

  • Capacitación y asistencia técnica.
  • Articulación y encadenamientos productivos.
  • Desarrollo de políticas públicas para la armonización normativa y el cumplimiento de metas e indicadores sectoriales.

Desde la CAR promovemos la producción legal de madera, apoyamos la implementación de viveros, brindamos acompañamiento a pequeños productores y conectamos lo local con apuestas globales de bioeconomía”, afirmó Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la CAR, al destacar el enfoque integral de la iniciativa.

Por su parte, Juan Manuel Vásquez, director ejecutivo de Fedemadera, subrayó la importancia de esta sinergia institucional. “Es la primera vez que se entiende que los bosques naturales y las plantaciones no son sustitutos, sino que convergen y se complementan. Este tipo de alianzas sientan las bases para la conformación de una red de bioeconomía para el sector”, declaró.

Uno de los principales objetivos será la puesta en marcha de convenios específicos que permitan establecer viveros forestales de especies nativas y no nativas, junto con programas de asistencia técnica para el mejoramiento genético, impulso a bancos de semillas y generación de conocimiento a través de tecnologías de aprendizaje remoto y herramientas pedagógicas dirigidas a pequeñas y medianas empresas del sector.

Además, se prevé la elaboración de un diagnóstico regional de actores del sector forestal maderable, que incluirá una matriz de oferta y demanda. Esta herramienta permitirá identificar oportunidades de alianzas estratégicas que fomenten el uso exclusivo de madera legal en toda la cadena productiva e industrial de la jurisdicción de la CAR.

Actualmente, el departamento de Cundinamarca moviliza más de 332 mil metros cúbicos de madera al año, lo que representa el 5,47 % del volumen maderero de la Región Andina. La industria manufacturera, que incluye la producción forestal, representa el 11,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) departamental, según cifras oficiales.

La firma de este acuerdo representa un paso decisivo hacia un modelo forestal más sostenible, legal y rentable, en línea con las metas nacionales de conservación ambiental y desarrollo económico basado en la bioeconomía.

¿Cómo afecta la forestación irregular el ambiente?

La forestación irregular, que se realiza sin planificación técnica ni criterios ambientales, tiene consecuencias graves sobre los ecosistemas. Una de las más evidentes es la intensificación de sequías prolongadas, ya que al reemplazar bosques nativos por especies no aptas o al deforestar sin control, se altera la capacidad del suelo para retener agua y se rompe el equilibrio natural del ciclo hidrológico. Esto reduce la infiltración de agua en los acuíferos, disminuye el caudal de fuentes hídricas y vuelve más vulnerables a las comunidades frente a períodos secos y extremos, cada vez más frecuentes por el cambio climático.

Además, esta práctica afecta directamente la calidad del aire. Los árboles no solo capturan dióxido de carbono, sino que también filtran contaminantes y partículas en suspensión, mejorando la atmósfera que respiramos. Al disminuir la cobertura vegetal adecuada, se pierde esta función vital, lo que contribuye tanto al calentamiento global como al aumento de enfermedades respiratorias en las poblaciones cercanas. Así, la forestación irregular no solo daña el ambiente natural, sino que también impacta negativamente la salud pública y la estabilidad climática regional.

Foto: CAR

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