La esperanza de un nuevo año para Soacha

Llama la atención que cada diciembre se habla de las expectativas para el siguiente año, pero el 2018 tiene algo en particular para el municipio de Soacha: si bien hay Ley de Garantías, también es cierto que es el tercer año de mandato del “Profe” y todos esperan obras y acción por parte del gobierno.


Han pasado dos años donde ha predominado la planeación y acciones que giran en torno a la educación, la protección al medio ambiente y la cultura ciudadana, temas propios de un alcalde como el “Profe” Eleàzar. Así mismo se ha visto un impacto leve en la pavimentación de vías y el desarrollo de obras que no han marcado mucho la diferencia frente a otras administraciones. Sin embargo la gente reclama cambios drásticos que impacten directamente en temas como la movilidad y la infraestructura.

Es interesante que se insista en campañas relacionadas con el buen comportamiento ciudadano, en eso no se han escatimado esfuerzos para intentar cambiar la actitud de los habitantes de Soacha en temas como el respeto al sistema Transmilenio, el buen uso del espacio público, utilizar los puentes peatonales, no arrojar basura a las calles ni sacarla cuando el vehículo haya pasado, caminar por los andenes y en general demostrar amor y pertenencia por la ciudad.

Las campañas han caído bien en un sector de la población, aunque no se puede negar que también han sido blanco de críticas, ya que la gente está acostumbrada a ver obras de gran impacto.

Para entender un poco la actitud del actual gobierno, basta con leer el plan de desarrollo, el cual contempla en un buen porcentaje la importancia del ser humano, por encima del cemento y las obras de infraestructura. Bueno aquí recordar al exalcalde de Bogotá Antanas Mockus, quien logró cambiar la actitud de los habitantes de la capital en temas de comportamiento e identidad, pero se debe tener en cuenta que en Soacha la situación es a otro precio; el nivel de cultura de buena parte de los residentes del municipio es demasiado bajo como para entender en corto tiempo lo que se busca con dichas campañas.

Para comenzar está bien y quizá hay que seguir intentando sensibilizar a los ciudadanos, pero hay que recordar que Soacha es una ciudad necesitada, con más de 50 años de atraso y con un presupuesto tan bajo que jamás alcanzará para suplir sus propias necesidades. A esto sumémosle que el Dane no reconoce la población real, motivo por el cual el dinero que gira la nación por el SGP es muy reducido.
No obstante y a pesar de la caótica situación del municipio, el gobierno local debe seguir trabajando para, por lo menos, no dejar coger ventaja a los problemas que absorben a la ciudad.

Se debe seguir insistiendo con las campañas ambientales y de cultura ciudadana, pero es hora de comenzar a sancionar a quienes no quieren entender que el compromiso es de todos. Así mismo hay que pensar en restablecer la imagen de la ciudad en materia vial; los dos años restantes del actual gobierno deben apostarle a la recuperación de vías y parques, teniendo en cuenta que el 90% de las calles está en mal estado, situación que repercute en una pésima movilidad.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el espacio público. Si bien las campañas de sensibilización se han venido haciendo, ya es hora de tomar medidas contundentes para evitar que las mafias que dominan las ventas ambulantes sigan tomándose las vías y puentes, como si no existiera autoridad alguna.

También hay que apostarle a vigilar severamente a las empresas privadas que tienen concesión con el Estado municipal, como por ejemplo el denominado SERT, ente que controla parte de los servicios que debería prestar la Secretaría de Movilidad y que a la luz de los ciudadanos se ha dedicado a “explotar” a conductores a través de las denominadas ZER (Zonas de Estacionamiento Regulado) ya que están invadiendo las vías del centro de la ciudad para ser usadas como parqueaderos, impidiendo en muchos casos la libre movilidad de los vehículos.

Los ciudadanos no conocemos qué hacen con los millones que recogen a diario fruto del cobro de parqueos y de las multas y comparendos que a toda hora le sacan a las personas”, dijo un conductor afectado. Y tiene razón porque este concesionario asignó a un grupo de personas que se dedican a tomar fotografías a diestra y siniestra en calles y avenidas para posteriormente imponer los denominados “fotocomparendos”, atropellando y vulnerando en muchos casos los derechos de las personas. OJO alcalde porque el hecho de que tengan una concesión, no significa que puedan hacer lo que se les antoje. Bueno sería que entregan cuentas de lo que reciben, cuánto le toca al municipio y en dónde se han invertido las millonarias ganancias.

Un último tema, por ahora, es la gestión que debe hacer el alcalde y sus funcionarios para conseguir recursos, sabiendo que el presupuesto propio es irrisorio para inversión. Le queda la tarea entonces al actual gobierno de golpear más fuerte las puertas de las entidades departamentales, nacionales e internacionales para lograr traer obras que impacten. En fin… es mucho lo que hay que hacer por el municipio, pero si se planea bien y se hacen las cosas a conciencia, quizá se logre un pequeño giro en una ciudad en retroceso que requiere compromiso, dedicación y amor, no solo de sus líderes y autoridades, sino de todos los que residimos en ella.

Felizzz año.

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