La movilidad le quedó grande a las autoridades de Soacha
La pésima movilidad, junto a la inseguridad, siguen siendo los dos principales problemas que aquejan a los habitantes del municipio de Soacha. Los enormes trancones, la falta de señalización, los vehículos parqueados en las calles, la ausencia de campañas y la no instalación de semáforos en las vías internas, contribuyen a que desplazarse en la ciudad sea un caos.
De nada sirvió la creación de la Secretaría de movilidad en Soacha porque los resultados no se ven por ningún lado. “Seguimos preguntando ¿qué hacen con el dinero que recogen diariamente?”, dijo un ciudadano indignado por la desorganización de la ciudad.
Y es que al salir a las calles de Soacha y preguntarle a los ciudadanos sobre los problemas que más los agobian, no dudan en responder que son la inseguridad y la pésima movilidad.
“Soacha ya no es la ciudad de hace 10 años y se necesitan estrategias, obras e inversión, pero vemos que desde la secretaría de movilidad no se hace nada. Hay ciertos puntos donde el tráfico es un caos, y ni siquiera mandan un policía para controlar a los maleducados conductores”, sostuvo José Salomón Suesca, residente de Compartir.
Si bien el tráfico más complicado es sobre la Autopista Sur, teniendo en cuenta que es la única vía que conecta ciertos sectores de Soacha y que obligatoriamente hay que tomarla, hay calles internas que están demasiado congestionadas y tampoco se ve la mano de las autoridades de tránsito.
Por ejemplo la vía Indumil se ha convertido en un tormento para los habitantes de Soacha, la salida de Compartir en horas pico, la avenida 30 de San Mateo, algunas vías de León XIII y la entrada a la Veredita, entre otras, además del caos que se forma por la Paralela en el puente de Unisur.
“Yo salgo todos los días de Parque Campestre y eso es una vergüenza; muchas veces me gasto hasta 30 minutos al parque de Soacha, cuando en condiciones normales llega uno en 7 minutos. Y por la tarde es exactamente lo mismo”, dijo Amanda Rubiano, residente en el sector.
Recientemente se citó al secretario de movilidad, Carlos Giraldo, a un debate de control político en el concejo de Soacha para que respondiera por inquietudes y quejas de los usuarios. Allí, algunos concejales cuestionaron temas como el déficit en el número de uniformados, la mala planeación de la cicloruta por la séptima, la cual sirve de paso peatonal y punto de venta para los vendedores ambulantes; se exigieron medidas contundentes con el fin de evitar que la ciudad se divida en los planes Éxodo y Retorno, se denunció la falta de estrategias para manejar vías como la salida de Alfagres, y se reiteró en la ausencia de programas orientados a implementar señalización en la ciudad.
Pero también hay que decir que otros concejales se dedicaron a “alabar” al secretario, escondiendo problemas que la comunidad siente diariamente.
Lo cierto es que en las calles se vive una realidad distinta y la ciudad es un completo caos en materia de movilidad, y eso sin recordar lo que pasa sobre la Autopista Sur, que aunque es una vía nacional, el municipio debe velar para que las medidas tomadas sobre este corredor no afecten a los ciudadanos de Soacha.
Por ejemplo, se sigue dividiendo la ciudad los fines de semana con el cierre de cruces, aunque algo que sí reconocen los habitantes del municipio es que últimamente se respeta el carril de Transmilenio y no se ha dejado invadir por los vehículos particulares, pero hay que decir que esta medida obedece al fallo de un juez que ordenó habilitarlo sólo en ciertos casos que implique una alta movilidad, como el plan Retorno del pasado puente de San Pedro.
“Lo cierto es que las estrategias de movilidad en Soacha han fracasado, pero parece que el alcalde no se da cuenta y no entendemos qué es lo que pasa”, finalizó un residente del centro de la ciudad.
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