La salida en falso de Restrepo
Luis Carlos Restrepo está en aprietos judiciales por una falsa desmovilización. La del pomposo frente “Cacica La Gaitana” de las Farc. Y en una seguidilla errática, primero enfrentó a la Fiscalía pretendiendo convertir su proceso en un debate político y luego huyó del país días antes de la audiencia de imputación de cargos cuando era inminente su detención.
Él que tuvo, en los ocho años de Uribe, la misión de sacar de la clandestinidad a las organizaciones y sus líderes, ahora paradójicamente hace uso de ella. Y como cualquier jefe para o guerrillero se explaya en propuestas políticas y reformas de todo tipo. Se ha dedicado a “tirar línea política” como se dice coloquialmente. Lo que también sorprende es el calado y el contenido de sus epístolas y afirmaciones.
Y sorprende porque aún circulan sus escritos y ensayos que tanta admiración despertaron en círculos académicos del país y en el mundo de los activistas por la paz. Se estarían citando como referentes de autoridad intelectual si no fuera por las complejas circunstancias que hoy enfrenta su autor. Porque ¿Quién no se deleitó con esa prosa inquietante e interpeladora de “El derecho a la Ternura”?. Todavía recuerdo las pasiones que se tradujeron muchas veces en acciones de no violencia entre quienes devoraron “El derecho a la Paz. Proyecto para un arca en medio de un diluvio de plomo”.
Ahora Restrepo ha abandonado su pacifismo radical y su talante democrático. Ha mutado hacia el extremo del uribismo y lo hace con lujo de detalles. Su reciente “Decálogo político para retomar el rumbo” enviado desde las montañas de quien sabe qué país, es una verdadera pieza de autoritarismo, unipersonalismo y polarización.
De autoritarismo porque pareciendo un vocero de cualquier dictador tropical propone una Constituyente al tamaño de la reelección vitalicia de su jefe supremo que reforme la Justicia, los Tribunales y las Cortes para garantizar la impunidad de los delitos cometidos por los miembros de la fuerza pública y preservar la omnipresencia del poder presidencial. Y claro, reforma a la justicia para su propia protección.
Unipersonalismo porque propone a las huestes uribistas iniciar un proceso para encontrar tres candidatos para el 2014: un candidato presidencial, una cabeza de lista al Senado y una cabeza de lista para una Asamblea Constituyente. Le faltó decir que para los tres escenarios solo concursa Álvaro Uribe. Tres candidatos y un solo dios verdadero.
Y de polarización porque además de proponer la ruptura de la institucionalidad, convoca a una campaña contra la reelección del Presidente Santos y tira un petardo que estalla en la maltrecha unidad del Partido de la U. El colofón es elevar a verdad absoluta la cacareada “Seguridad Democrática” que nos dejó unas bandas criminales surgidas de la desastrosa desmovilización paramilitar que El mismo lideró.
Ya era cuestionable su desafío a la Justicia. La burla al Estado de Derecho que ha protagonizado. Pero su pose de Estadista es increíble. Todo parece falso en Restrepo, menos la división que hoy lidera en su partido de la U.
@AntonioSanguino
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