La vía Bogotá – Girardot será más rápida por nueva obra en Fusagasugá: ayudará a responder más rápido a accidentes y fallas geológicas

Desde un punto estratégico del recorrido, se activan nuevas acciones que buscan transformar la operación de la vía.

En una sala silenciosa, iluminada por decenas de pantallas que nunca se apagan, se observa en tiempo real el pulso de uno de los corredores viales más transitados del país. Cada movimiento, cada cambio climático, cada emergencia en la carretera Bogotá–Girardot pasa ahora por un mismo punto: el nuevo Centro de Control de Operaciones (CCO) de la Concesión Vía Sumapaz, que acaba de entrar en funcionamiento en Fusagasugá.

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Ubicado estratégicamente en el centro del trazado vial, este espacio se convirtió en el cerebro operativo de la concesión. Desde allí se coordinan, monitorean y activan las respuestas que buscan garantizar seguridad, fluidez y atención permanente para los millones de conductores que recorren esta vía cada año.

El CCO opera con un sistema tecnológico completamente renovado. A lo largo de los 145 kilómetros del corredor se extienden más de 150 kilómetros de fibra óptica, una red que conecta 129 cámaras de vigilancia activas las 24 horas, 111 postes de emergencia SOS, 36 paneles de mensajería variable y cuatro estaciones meteorológicas capaces de detectar condiciones críticas como lluvias intensas o niebla, información que se traduce de inmediato en alertas para los usuarios.

La diferencia frente al pasado es notoria. Donde antes había cobertura limitada, hoy hay observación continua; donde antes las respuestas tardaban, ahora la coordinación es inmediata. Una llamada desde un poste SOS, una colisión detectada por cámara o un cambio brusco en el clima activa, en cuestión de segundos, el despliegue de grúas, ambulancias, carros-taller o equipos de mantenimiento, según la necesidad.

Este centro no solo observa: actúa. Desde Fusagasugá se gestionan alrededor de 35.000 servicios en carretera al año, lo que equivale a casi 100 intervenciones diarias, en un corredor por el que circulan más de 17 millones de vehículos anualmente.

La entrada en operación del CCO marca, además, el inicio de la fase de pleno funcionamiento de la concesión, luego de la apertura del último tramo durante la pasada Semana Santa. Para Vía Sumapaz, filial del grupo francés VINCI Highways, este paso representa un salto en la forma de administrar la carretera, con una operación más precisa, anticipativa y conectada.

La modernización también se extiende al componente ambiental. La concesión avanza en la electrificación de su flota, con 30 vehículos eléctricos ya en operación, mientras que la estación de peaje de Chusacá funciona parcialmente con energía solar, que cubre cerca del 20 % de su consumo. A esto se suma la renovación total de la iluminación LED del túnel de Sumapaz, una medida que reduce el consumo energético hasta en un 80 % y opera con electricidad 100 % renovable y certificada.

La mejora de la infraestructura tecnológica refuerza el desempeño a largo plazo de este corredor estratégico para Colombia. Este Centro de Control es un paso decisivo hacia una carretera más segura y sostenible”, señaló Laurent Cavrois, director general de Vía Sumapaz y CEO de VINCI Highways para América Latina.

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Con este nuevo centro en funcionamiento, la vía Bogotá–Girardot suma un aliado silencioso pero permanente: un sistema que observa, anticipa y responde, mientras millones de viajes continúan su curso entre la capital del país y el suroccidente colombiano.

Foto: Archivo Periodismo Público

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