Muere mujer soachuna raizal de 101 años

Hace ya un año largo, este medio publicó con beneplácito el cumpleaños número cien de Ana Celmira Usaquén Viuda de Rico, mujer nacida y radicada toda su existencia en el municipio de Soacha.


Pues bien, el pasado martes 7 de julio, cuando la media mañana vislumbraba un día apacible, el Señor de la Vida la llamó para que descansara en Paz en su santo trono. Fallece en el barrio la Veredita una de las personas más antiguas de nuestra ciudad, donde compartió su vida con sus hijos, hermanos, nietos, bisnietos y tataranietos….dejó su último respiro: tranquila, como tenía que ser; y es que no era para menos. Ciento un año de vida, donde sus arrugas confirmaban años de trabajo, de alegrías, de idas y venires en medio de una actitud guerrera, siempre dada a tener un plato de comida de más, por si acaso. Y es que siempre hubo una persona, una familia a quien ofrecerle ese plato de más.

María Celmira deja un legado de enseñanzas que sus seres queridos heredaron a través de ese testimonio que día tras día y sin pretenderlo ella impartía a quienes la visitaban. Su último año lo pasó con su hija Clara Marina, allí en ese hogar tuvo en sus nietas y nietos: enfermeras y enfermeros, guías que le leían, servidores que la atendían, ellos se convirtieron en sus lazarillos, pues derramaron sobre ella dedicación, paciencia y amor trasmitido a través de esa generosa ayuda que por su dependencia necesitaba todos los días. Pero los designios de Dios quisieron que muriera en su barrio del alma, La Veredita, ese sector que ya en su historia nos recordaba un paisaje de campo en medio de casas amplias y de chivas u ovejas, esos animales que María Celmira por décadas enteras, como lo hacían sus vecinos casi que por cultura institucional, criaba en el establo pegado a su casa. Allí en la Veredita, ayer a media mañana, quiso Dios llamarla para que cumpliera con la cita de su eterno encuentro, ayer en la Veredita.

La tía Rosa con sus hijas y nietos observaron cómo María Celmira se dormía en el sueño eterno, tranquila, como tenía que ser. Paz en su tumba Vieja querida, ve saludando a tus once hermanos, que pese a que fueron menores que tú, se habían adelantado a la vida eterna. Ve con Dios y encuéntrate con tus hijos que criaste y que también habían dado el paso por delante de ti. Ve con Dios vieja querida, pero como siempre: No olvides a tu familia que dejas, desde ahora tienen una guerrera allá en el cielo que iluminará y guiará sus vidas desde el cielo, ahí. Cerquita de Dios…como debe ser, Paz en su tumba.

Las exequias de María Celmira Usaquén Vda de Rico fueron el jueves 9 de julio a las 3:00 p.m. y fue inhumada en el cementerio local.

Así recuerda periodismopublico.com a María Celmira, paz en su tumba y fortaleza a su familia: https://periodismopublico.com/Memoria-historica-de-Soacha-en-una-mujer-que-llega-a-sus-100-anos-de-vida

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp