Panaderos de Soacha dicen sí al pan de 300
El incremento en la materia prima requerida para hacer el pan y los costos de arriendos y empleados, obligó al gremio panadero de Soacha y el país a subir este producto que es fundamental en la mesa a la hora de desayunar o tomar unas onces. Lea esta interesante nota de Camila Castillo, quien se reunió con un grupo de personas dedicadas a esta profesión.
El oficio económico de la panadería es un trabajo que requiere levantarse desde muy temprano en la mañana y permanecer hasta altas horas de la noche. Son miles de personas que se dedican a medir, mezclar, formar y hornear; esta labor se ejecuta desde hace bastante tiempo, no solo en Colombia sino a lo largo del mundo, es un empleo como cualquier otro que requiere responsabilidad y entrega, pero la preocupación de los últimos años en la capital y varias ciudades del país ha sido el incremento de la materia prima, los servicios públicos e incluso el inmueble donde funciona el negocio, que de alguna forma no ha dejado más remedio que subir el costo del preciado alimento, el cual desde hace varios años tenía un valor de 100 y 200 pesos, y que además se daba vendaje por una cierta cantidad que el cliente llevara.
Son variadas las historias de cómo las personas empezaron a hacer el pan, cómo de empleados pasaron a propietarios, todo depende de la administración de los negocios; los ingredientes también son una constante de calidad que incrementa o disminuye los estándares de precios, pero si realmente se adquiere un producto con buen sabor, de buena calidad y a un bajo precio, no se puede sostener la dependencia. “Yo empecé como ayudante a los 17 años y hace como 18 estoy en el oficio, claro que es un ejercicio económico que puede afectar la salud de las personas, por ejemplo los pulmones, la vena varice, sinusitis, alergias, pero todo con medida se puede tratar” manifestó Luis Baños, panadero de profesión.
La disposición del alza en la materia prima ha reunido a un importante gremio de panaderos, no solo en Bogotá, como ya varios medios lo han anunciado, sino también en Soacha. En la comuna 3, cerca de 120 residentes del municipio y barrios aledaños del sur de la capital dicen sí a subir el pan de 200 a 300 pesos. “Indudablemente hay competencia, esto genera dificultad, pues para que las panaderías pequeñas puedan afrontar la crisis es necesario subir el precio, porque los que tienen capital pueden hacer más grande el producto; ahora, el pan a trecientos se vende menos, pero se gana un poco más”, dijo Édison Mora, panadero de Soacha.
El gremio de panaderos de Soacha se siente preocupado porque como cualquier dueño de negocio, o arrendatario, necesita ganancias para pagar empleados, materiales y sostener el escenario donde se construye el sustento de su hogar; el hecho de que exista una esfera donde vendan la harina horneada a 200 y otros a 300, desplaza a un grupo considerable de panaderos, por esto ha sido necesario llegar a acuerdos que favorezcan en igual medida a los horneros. “Quedan lunares porque definitivamente uno va a panaderías del norte de Bogotá e incluso vecinas de Soacha y ya el pan está a trecientos, faltamos unos pocos del municipio, unos lunares para que dejemos la competencia y trabajemos en igualdad de condiciones”, explicó Alcides Cadena, propietario de una panadería en San Mateo.
“No es hacer un sindicato, debemos formar un gremio panadero, grupos de difusión como lo hicimos esta vez, en barrios como León XIII, La Despensa, Olivos, La María, Portalegre, Compartir y San Mateo, entre otros, además de panaderías de la localidad 7 de Bogotá, Bosa, que se reunieron y firmaron actas de conciliación con el objetivo de conocer las inquietudes que como gremio existen y nos unifiquemos para resolver las problemáticas”, dijo Pedro Sarmiento, vocero del gremio en Bogotá y Soacha.
La noticia del alza en el pan ha sido publicada en varios medios, la acción se ha implementado desde el primer día de junio, aunque existían zonas -como en este caso de Soacha– que no habían subido el valor porque manifiestan que las personas se van a comprar a otros lados, e incluso optan por consumir pan de paquete, que de alguna forma -como dicen los panaderos- tiene más conservantes y afecta la salud de los consumidores, pues el pan se convirtió en parte del mercado de la canasta familiar, no solo para acompañar el desayuno, sino que también reúne a la población por medio de citas previas donde el aperitivo es una fuente alimenticia básica en reuniones y como parte de unas onces.
“Pienso que es justo porque todo ha aumentado, todos merecemos un reconocimiento por nuestras labores diarias; la panadería de la esquina que saca el pan caliente, grande y a 200 no puede reducir su comercialización y lo ideal es que la gente no compre cosas empaquetadas, de las grandes industrias que ya tienen un capital alto, sino que se siga comprando el pan de la esquina del vecino que abre su negocio temprano y lo cierra tarde, es indudablemente una de las actividades que más esclaviza, pero que más se ve en las calles”, finalizó María Guerrero, vecina de Soacha y clienta de las panaderías.
Reportería:Yineth Camila Castillo
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