Recordemos nuestra historia

Era el mes de enero de 1.942 y es fundado en Soacha el Colegio Bolívar, que inició en el año citado sus labores docentes en forma continua hasta el día de hoy, por un hijo de Soacha que en aquella época era párroco de nuestro Municipio, Manuel Vicente Rojas Rincón.


Inició sus labores docentes en la casa de dos pisos ubicada en la calle 13 entre carreras 5a y 6ª, en ese entonces propiedad de Lisandro Bogotá, con niños y jóvenes que carecían de un sitio que los acogiera a todos en sus primeros años lectivos. Pero al otro año se ubicó en la casa de enfrente, donde hoy funciona el Club Deportivo Tequendama, inmueble, en ese entonces, de propiedad de la familia Ramírez Sánchez, comprado también por su fundador, mediante suma incluida en el presupuesto municipal, a nombre del Colegio y entregada como auxilio.

Ese aporte del municipio dio lugar a que años más tarde un concejal de aquel entonces pretendiera, sin siquiera sonrojarse, hacerle creer a la gente que él había sido fundador del hoy tan importante centro educativo, pero no pudo desmentir la real historia que hoy le recordamos a nuestro pueblo, porque nadie más que Manuel Vicente Rojas Rincón fue su real fundador, tiempo después de haber fundado en Fusagasugá, lugar donde también fue Párroco, el Colegio Ricaurte. Años más tarde, el Padre Rojas Rincón fue rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de la capital de la República.

En 1944 había únicamente hasta 1º de bachillerato, de manera que al año siguiente terminado el ciclo lectivo se fueron a estudiar a Bogotá, en el Colegio Mayor de San Bartolomé, los salidos del Bolívar: Heliodoro Noguera y Fulgencio Bogotá, y l año siguiente, para la Normal, Carlos Ro mero y Jaime Mayorga, vecinos del Charquito. En 1947 terminado el 2º de Bachillerato, fueron a San Bartolomé, Roberto Vejarano, Humberto Lizarazo y quien escribe esta nota, y Pedro Julio Peñaloza, para iniciarlo. Posteriormente, para El Rosario, Gonzalo Monroy y José M. Sànchez.

Hablar del servicio prestado a la sociedad por el Colegio Bolívar, máxime cuando hoy es mixto y sus exalumnos triunfan en diferentes profesiones liberales a lo largo y ancho del país, o aún en nuestra propia tierra, porque han sido años fructíferos para nuestra juventud.

Si hoy nos dedicáramos a rememorar anécdotas o personajes del Colegio, tendríamos para rato, pero no podemos pasar desapercibidos el hecho que fue el señor Martínez su primer director y que junto con la profesora Betulia, formaban una pareja de miedo. El primero con cara de Hermano Cristiano en uso de buen retiro le pegaba a los alumnos. La segunda, usaba la de tan común costumbre de la época entre profesores, de dar coscorrones o pellizcos a los niños. Después fue Luis María Melgarejo, los hermanos Vargas, y terminó nuestra estadía en el claustro con Luis María Hidalgo, extraordinario profesor.

No podemos olvidar al profesor de música Luis Emilio Rivera, director de la Escuela Boyacá, quien organizó en el Colegio el más grande y hermoso coro, famoso en Cundinamarca y en la Capital de la República, en donde dio un recital en Radio Cristal, famosísima en la época, no obstante que no había auxilios y menos Casa de la Cultura, pero sí gente con cerebro y no como hoy cuando algunos en vez de éste, poseen alpargatas.

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