Región Metropolitana, el debate continúa
Por: Hernán Castellanos Ramírez
Finalmente, el Concejo municipal de Soacha aprobó el proyecto de acuerdo autorizando al alcalde Julián Sánchez ingresar a la Región Metropolitana, convirtiéndose en el primer municipio cundinamarqués en comenzar el trámite de ingreso a esta figura de asociatividad que hasta ahora se encuentra conformada por Bogotá y Cundinamarca.
El debate cuenta con opositores serios, pero si nos atenemos a lo observado durante su discusión, es creciente el sentimiento ciudadano sobre la necesidad de integrarnos para garantizar unas relaciones armoniosas y duraderas entre vecinos de una misma comarca, incluso quienes manifestaron no estar de acuerdo con el ingreso a la Región Metropolitana, expresaron la necesidad de la integración.
Todos los que manifestaron su inconformidad frente al ingreso de Soacha a la Región Metropolitana no indicaron un camino diferente para adelantar la integración, siendo conscientes de la necesidad de la misma. Ahora lo que es claro es que cualquier modelo de integración que se plantee diferente, debe pasar por el Congreso de la Republica y necesariamente conlleva una reforma constitucional.
Bogotá y Cundinamarca, pero particularmente los municipios que conforman la Sabana, tienen un matrimonio indisoluble que se materializa desde su propia condición geográfica. Sin embargo, dichas relaciones han sido tortuosas en su cotidianidad; todos reconocen que uno y otros se necesitan, pero ha sido imposible regularlas para darles claridad y solidez a las mismas.
Es claro que el nuevo modelo de Región Metropolitana no es perfecto, pero es el único que ha logrado traspasar de la consagración constitucional a la realidad, ningún otro en el pasado lo había conseguido y terminaban siendo letra muerta en el articulado constitucional y eso es algo para aprovechar y ver si al fin conseguimos una región que, siendo la más productiva de todo Colombia, también se convierta en un ejemplo de desarrollo y equidad para el país, generando riqueza e igualdad para sus habitantes.
Hoy aparecen quienes defienden el modelo original de área metropolitana, que nunca se pudo ejecutar prácticamente porque los cundinamarqueses abiertamente se oponían a la constitución de dicha área; es por eso que nunca paso de la Constitución a la realidad; entre tanto todas la urbes del país creaban y constituían con sus municipios vecinos las correspondientes áreas metropolitanas que permitieran regular las relaciones de hecho que se presentaban y comenzar a dar respuesta a las nuevas problemáticas fruto de la metropolización y la conurbación, resultado del proceso de urbanización que surtió Colombia desde la década de los 50.
Intentan satanizarlo porque en sus análisis y estudios iniciales contó con la participación del sector privado y hoy culpan de la existencia de la criatura a Camacol y al Consejo Intergremial que, de acuerdo con la Ley 2199, cuenta con un delegado en el Consejo Regional, como también lo hay de parte del Gobierno Nacional; ambos con voz, pero sin voto.
Aquí cabe preguntar qué es mejor, saber que se cuenta con la presencia de un representante gremial, y por ende de intereses privados que va a defender, o lo dejamos fuera para que, de manera solapada, por debajo de la mesa, coopte a los diferentes funcionarios. ¿Cómo es mejor tomar las decisiones? De manera abierta y trasparente conociendo los intereses de unos y otros, o al tapado expresando de dientes para afuera que todo está bien, pero a sabiendas que la decisión tiene su guardado.
No podemos seguir endilgando a todos los que no están de acuerdo con nuestro pensamiento como personas que adelantan “prácticas mafiosas” y al tiempo actuar nosotros de la misma forma en que criticamos a los demás; esta ha sido una actitud y práctica del actual Gobierno Nacional.
Esta misma actitud es ejercida por quienes detentaron el poder local los últimos cuatro años, cuando manifiestan que la decisión de entrar a la Región Metropolitana lo único que busca es acelerar el proceso de construcción inmobiliaria en la ciudad y beneficiar a unos pocos constructores en detrimento de la ciudadanía, pero ellos a su vez concertaban el proyecto de POT para Soacha incluyendo Ciudad Verde II, ahondando el proceso de urbanización de Soacha que hoy critican. ¿Qué les duele?
Por eso expresamos que el debate había que liberarlo de politiquería e incluirle una buena dosis de tecnicismo y realidad. No más doble moral, hablemos con la verdad y no engañemos a la ciudadanía. Alcalde Julián: adelante con el ingreso a la Región Metropolitana y por favor exíjales que den resultados pronto para que los detractores de la misma puedan seguir hablando.
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