Robos, congestión y microtráfico en barrio céntrico de Soacha
A pesar de ser uno de los barrios más antiguos de Soacha y estar ubicado a menos de cinco cuadras del parque principal, La Fragua presenta una delicada problemática de inseguridad, venta de estupefacientes, invasión al espacio público, congestión vehicular y falta de espacios deportivos.
Diariamente los habitantes del barrio La Fragua tienen que soportar múltiples problemas con los que cuenta el sector. Es así como la Junta de Acción Comunal no sabe qué hacer o cómo actuar para que la alcaldía y las entidades pertinentes tomen cartas en el asunto.
Principales problemáticas:
Vía Indumil o transversal séptima. Presenta a diario y a toda hora alta congestión en el tráfico ya que por este lugar transitan buses de transporte público y volquetas de gran peso; a esto se suma los carros particulares de habitantes de sectores vecinos y turistas que pasan por el lugar, sin contar con un paso peatonal que facilite atravesar la vía sin peligro alguno.
Alcantarillado. Empeora en tiempos de lluvias ya que el sistema de desagüe es nulo e inapropiado, puesto que aún existe la misma tubería desde la fundación del barrio.
Contaminación auditiva. En algunas calles se evidencia la presencia de ruidos por parte de varios propietarios de almacenes que hacen caso omiso a las normas.
Invasión del espacio público. Los vendedores ambulantes entorpecen el paso de peatones, afectando también las ventas de los comerciantes que sí pagan arriendo e impuestos, incluso en días de ciclovía tienen la imprudencia de seguir invadiendo este espacio recreodeportivo.
Uno de los vendedores locales del sector, quien también tiene puesto ambulante en el barrio, manifiesta: ¨Tengo que utilizar este tipo de estrategias porque los vendedores de la calle me están bajando las ventas y no me parece justo, debido a que yo sí pago arriendo¨.
A esto se suma el descargue de mercancía en varios almacenes del sector que permiten el parqueo de camiones y furgones a toda hora del día, generando y aumentando el deterioro de las calles debido a su gran peso y la obstrucción del paso vehicular.
Microtráfico. Según testimonios de habitantes del sector, existe un punto crítico en el barrio que ha sido epicentro de personas inescrupulosas que se dedican a vender estupefacientes a toda hora, y en las noches en este mismo espacio roban al que pase por el lugar, generando así un ambiente hostil y desagradable. Para contrarrestar el problema, en el lugar se instaló una cámara por parte de la alcaldía pero no ha sido de ayuda puesto que está dañada; además cuentan con alarmas pero tampoco son eficientes porque no están conectadas a la Policía y mientras la autoridad se acerca ya es demasiado tarde.
Robos. El pasado miércoles 17 de abril, en horas de la madrugada, robaron los contadores de luz eléctrica de la casa de doña Miriam Hernández, quien manifestó que, “forzaron las cajas y los candados, sacaron el contador y nos dejaron sin este servicio”. Los vecinos del sector dicen que la inseguridad y los robos han aumentado desde que en el barrio funciona una chatarrería, la cual genera que habitantes de calle se sitúen en el lugar.
Recreación y vías. El barrio no cuenta con zonas verdes ni parques para la recreación de los niños, y la totalidad de sus calles está en un completo desastre.
Para concluir, el barrio en general acumula una serie de problemas que dificultan el buen vivir de la comunidad; sus habitantes se encuentran desesperados y sienten total abandono por parte de la alcaldía, y esperan que el nuevo gobierno que se aproxima busque soluciones y alternativas a dichos conflictos que afectan a la comunidad de este sector de la comuna dos.
Reportería: Angélica Raquejo Villamil
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