Suacha, un territorio de contrastes

Caminando el territorio de Suacha por estos días me he podido dar cuenta sobre el contexto en el que se emerge, el cual es sumamente complejo, pero cuando me refiero a complejidad no es al sinónimo de dificultad sino a que Suacha es una ciudad que contiene diferentes realidades y percepciones respecto a lo que piensan sus habitantes del espacio que habitan, lo cual se refleja en la forma de habitarla.


Suacha es un territorio lleno de contrastes porque en un solo espacio se puede contemplar como cohabitan personas de diversos orígenes y con diversos intereses, dando como resultado que cada quien significa y construye su entorno en relación a sus perspectivas. Existen personas que ven en Suacha una oportunidad para progresar, otras muy por el contrario se imaginan una Suacha agobiada por las constantes problemáticas sociales que en el territorio ocurren, pero lo cierto es que en este municipio las visiones, las realidades, los pensamientos, los sueños son distintos y eso hace especial a la “ciudad del dios varón” porque todo esto confluye en el mismo lugar.

El contraste producto de estos diferentes orígenes y formas tan diversas de ver nuestro municipio es notorio al momento de recorrerlo. Se observan barrios de origen comunitario o popular colindantes con proyectos urbanísticos de amplia envergadura. También se contemplan empresas mineras que deterioran el medio ambiente, éstas a su vez son agentes destructivos del patrimonio arqueológico que en las colinas y montañas se localizan y que inclusive pueden tener una datación de milenios; aquí el “progreso” y el “desarrollo” se anteponen al pasado ancestral como a la naturaleza, fenómeno constante desde hace varios años en Suacha. Nuestro municipio por lo tanto se convierte en una amplia palestra de diferentes matices que sí se estudiaran con rigurosidad y análisis saldrían interesantes proyectos o resultados, que a su vez podrían resultar beneficiosos para la comunidad y el territorio en general.

El incesante crecimiento urbano que afronta Suacha configura nuevas territorialidades y variadas formas de relacionarse dentro del espacio geográfico, dando como resultado la complejidad del territorio. En algunas ocasiones esos contrastes son conflictivos, haciendo mención a lo esto, Suacha tuvo que sacrificar grandes extensiones de bosques, humedales, ríos y montañas para erigirse como la conocemos en la actualidad. A nivel social el control o ejercicio del poder por diferentes sectores sociales o agentes armados sobre un determinado lugar también es la causa de conflictos, pero paradójicamente aquellas zonas conflictivas que existen actualmente, en algún momento fueron resultado de un proceso de construcción, significación y resistencia mancomunada para su constitución, un ejemplo serían algunos barrios de origen popular y comunitario que hacen parte de la conformación urbana de Suacha en el presente.

Es así que el panorama socio-histórico en la configuración de nuestro municipio es diverso y complejo, por lo tanto, es difícil homogenizar a sus habitantes bajo una sola perspectiva o concepto de “identidad suachuna”, pues ya no somos la Suacha de antaño en la cual todos se conocían por la relativa pequeñez del pueblo, en donde todos se saludaban de “primo”, ya no somos aquel municipio donde abundaban los cultivos de cebada y trigo, dejamos de ser aquel pueblecito agrícola con costumbres conservadoras (hablando en términos culturales).

Ahora somos una gran “ciudad” saturada de personas, de problemas, pero con oportunidades que pueden ser organizadas y aprovechadas para la construcción más armónica de nuestra gran Suacha, aquella de múltiples identidades, con diferentes formas de ver el mundo, aquella que se fija dentro de las 10 ciudades más grandes del país y que por lo tanto quiérase o no va tomando un perfil o proyección metropolitano e internacional junto con la vecina Bogotá.

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