Tras piloto de alternancia, colegios de Bogotá se preparan para el año académico 2021
Con la finalización del año escolar, los colegios están haciendo un recuento de todos los cambios que implicó la llegada de la pandemia del Covid-19 y preparándose para comenzar un año académico en 2021 en modalidad semipresencial o de alternancia.
El proceso que han cursado las instituciones ha sido muy retador, teniendo en cuenta que tuvieron que trasladar, en un corto periodo de tiempo, las clases presenciales a la modalidad virtual, lo cual implicó, no sólo la compra e implementación de herramientas tecnológicas adecuadas para la enseñanza, sino el ajuste de planes de estudios y la capacitación de la planta de profesores y funcionarios. Cuando las condiciones sanitarias mejoraron y las autoridades permitieron la vuelta a clases presenciales, los colegios lograron estructurar protocolos rigurosos para garantizar la seguridad de los estudiantes y brindarles las clases que tanto necesitaban, tras varios meses de confinamiento.
El Colegio San Patricio fue uno de los colegios de Calendario A que decidió realizar un plan piloto de alternancia desde octubre y poner a prueba sus protocolos para alistar el nuevo año académico. Su rectora, Adriana Molina, explica que tanto el modelo como la respuesta de padres y estudiantes ha sido positiva: “con la activación de las clases presenciales los padres de familia temían que sus hijos asistieran al colegio, una de cada tres familias se oponía a cualquier tipo de educación bajo la modalidad presencial, meses después y con la implementación de nuestros protocolos de bioseguridad, esta cifra ha cambiado y cerca del 80% de los padres quieren que sus hijas regresen a nuestras instalaciones para el próximo año”.
Así mismo, Molina comenta que el piloto deja un balance muy positivo, “hemos logrado que las estudiantes tengan un uso correcto del tapabocas, así como del lavado de manos y el distanciamiento social, aunque entendemos lo difícil que es para las niñas adolescentes estos protocolos dado la etapa de vida en la que se encuentran”. Y agrega: “Las posibilidades con las herramientas digitales y la implementación del plan piloto nos ha mostrado el camino hacia el año entrante y tenemos una luz de cómo vamos a funcionar y de qué podemos esperar. Adicional, nos ha permitido enseñar a las estudiantes sobre el respeto, a ser afectivos de una manera no física y el cómo cuidar a los demás formando así mejores seres humanos”.
De acuerdo con la educadora, el plan permitió identificar oportunidades de mejora en diferentes procesos internos, así como el determinar los espacios en donde se podrían generar aglomeraciones imprevistas, los cuales se tendrán en cuenta y se harán los ajustes necesarios para garantizar la seguridad y la calidad educativa de sus estudiantes.
Para 2021, el colegio plantea un modelo flexible en donde se garantiza el acceso al modelo virtual, para quienes aún no quieren volver a la presencialidad, pero también un modelo de alternancia en el que las estudiantes estarán en un sistema de rotación semanal entre las clases virtuales y presenciales, lo que quiere decir que se verán todas las materias en ambas modalidades, pero mientras el 50% de las niñas esta de manera presencial, el otro 50% estará en modalidad virtual.
Molina comenta que el año fue muy desafiante en el que fue necesario realizar ajustes para alcanzar con los objetivos académicos de acuerdo con la virtualidad y las necesidades físicas, emocionales y de aprendizaje de las estudiantes. Así mismo, se efectuaron refuerzos con las estudiantes en diferentes áreas como tecnología, inglés, entre otras, con el fin de nivelar a las niñas que tuvieron alguna dificultad. Sin embargo, el modelo ha permitido complementar la formación de las estudiantes con aspectos como la autonomía en el aprendizaje, la solidaridad y el mindfulness.
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