100 días con Iván duque “El desafío de querer gobernar y no poder hacerlo”
El Presidente Iván Duque Márquez, quien llegó a la presidencia el 7 de agosto, luego de que le ganara a Gustavo Petro en segunda vuelta, cumplirá sus primeros 100 días en el gobierno; 100 días que si bien no son definitorios por la cantidad de circunstancias que pueden ocurrir, sí muestran una tendencia en la manera como ha hecho frente a los grandes problema que aquejan al país y sus habilidades como político.
La promesa
Durante su campaña Iván Duque pronuncío infinidad de veces esta frase: “gobernaré para todos los colombianos”. Una promesa que parecía real. El margen de maniobra que tenía el candidato en ese momento luego de haberse escogido meses antes un nuevo Congreso y Senado dejando con mayoría a su partido Centro Democrático, lo dejaba bien parado. Impulsar proyectos que necesita el país sería mucho más fácil contando con las mayorías de su partido y los demás sectores políticos que lo apoyaron; la oposición fuerte, pero minoritaria no sería problema. Acabar con los corruptos, con la mermelada y el clientelismo, recuperar la economía, superar los problemas de seguridad y detener la izquierda radical fueron algunas de las muchas razones por las cuales más de 10 millones de colombianos depositaron en las urnas su confianza en él.
Los hechos
La favorabilidad del presidente Duque va en descenso. Según la firma encuestadora Yanhass, para el 8 de octubre su gestión era aprobada por el 53,8 % de los colombianos. Hoy la favorabilidad del primer mandatario ha caído al 46,6%. ¿Cómo explicar esta situación?
Han sido varios los pasos en falso que ha dado. En este sentido, es de reconocer que el gobierno cumplió con hacer un gabinete paritario entre hombres y mujeres, pero las personas que lo conforman en muchos casos han sido muy criticados. Caso puntual, la polémica que desató su Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla con el escándalo de los bonos del agua mientras era ministro de Álvaro Uribe; el clientelismo en otros nombramiento como escoger a Ordoñez como embajador ante la OEA y la contante de pagar favores políticos dando puestos a diestra y siniestra en el servicio exterior colombiano, son decisiones que han dejado muy mal parado al gobierno frente a la opinión pública en general.
Aquellos sectores que se unieron en torno a su campaña, están desligados y ven costoso, hablando en términos políticos, apoyar al gobierno frente a los proyectos que ha venido presentando, además su confianza se ha visto minada al no ver que se materializan temas tan importantes como la mal llamada “ley de financiamiento” y las demoras para presentar el paquete anticorrupción que con más de 11 millones de votos el 26 de agosto, mandó una mensaje claro a la clase política corrupta que aún sigue atornillada en el poder.
Continuando con la llamada ley de financiamiento que ha sido rechazada de tajo, incluyendo a los mismos miembros de su partido que en cabeza del hoy senador Álvaro Uribe Vélez han salido en medios para separarse de este proyecto. El 10 de octubre luego de semanas de deliberación, varias organizaciones estudiantiles convocaron a una marcha multitudinaria que contó con más de 100.000 asistentes en todo el país. La razón, la progresiva desfinanciación y falta de recursos para cubrir el hoy déficit que existe con la universidad pública en el país, que según los cálculos de los mismos estudiantes podría ascender a más de 16 billones. La consecuencia del paro siguen materializándose hoy luego de más de un mes de paro, con los estudiante movilizados y un gobierno que insiste en que no hay dinero, y continúa evitando el diálogo con los voceros estudiantiles y profesorales. Las centrales obreras, también han manifestado su intención de unirse en un paro generalizado que podría agravar aun más la situación.
El proceso de paz con el ELN sigue estancado, y no avizora señales de que se vaya a reanudar pronto, mientras tanto en el Catatumbo y en Tumaco se hace desplegué de fuerza con más de 15 mil soldados y la creación de una nueva fuerza de tarea “Pegaso” para resolver la situación de orden público y con propósito de ampliar el control territorial del estado, la lucha contra los cultivos ilícitos que según cifras del gobierno ya superan las 180.000 hectáreas, reviven así la polémica por el uso del glifosato y el miedo de poblaciones cercanas a las extensas zonas de cultivo, mientras las amenazas a líderes sociales continúan en todo el país y la implementación de los cuerdos han avanzado de manera tímida, con mucho retraso aun y muchos detractores.
La llegada masiva de venezolanos que según cifra de la cancillería estaría alrededor de las 1.200.000 personas, infringe aún más presión a los servicios públicos, que de por sí ya son insuficientes para atender a lo población local, de seguro sin ayuda internacional no dará a abasto ante la magnitud de este fenómeno que no estaba en las predicciones de nadie y que promete empeorar con el paso del tiempo. Así mismo, las amenazas de intervenir a Venezuela y los comentarios desatinados de su embajador, Francisco Santos, en Washington, le restan credibilidad a su discurso
¿Qué hacer?
Desafortunadamente en los primeros 100 días del gobierno de Iván Duque, no han sido lo que sus electores habían esperado en campaña, es más, ningún sector pudo haber calculado esta cantidad inmensa de chicharrones que tiene hoy en las manos. Para avanzar y superar este escenario es fundamental que se deje de culpar al gobierno anterior o a los sectores de oposición y empiece a trabajar por conseguir la unión de los actores políticos cumpliendo con los compromisos hechos en campaña, pero sobre todo, tener en cuenta los siguientes 3 puntos.
1) La oposición que en el congreso es minoritaria, en las calles es mayoría. El gobierno debe entender que 8 millones de personas votaron en contra dejando una estela de polarización. La solución no es dividir, sino apelar al diálogo con esa otra mitad de colombianos.
2) Tener mayorías es fundamental para gobernar, pero esas mayorías no pueden ver mermados sus esfuerzos políticos para el próximo año en elecciones locales, quemándose prematuramente al apoyar las medidas impopulares del presidente Duque. Incluso su mismo partido le ha dado la espalda pensado en las elecciones del próximo año.
3) Debe, más temprano que tarde, imprimir personalidad a la forma de gobernar. Si bien muchos se excusan de lo temprano que es para criticar la gestión del primer mandatario, lo cierto es que estos son síntomas que si no son atendidos y siguen ignorándose, podría derivar en problemas aún más graves. Para gobernar debe lidiar con los intereses de los demás partidos de cara a las elecciones locales del 2019 y avanzar en armonizar el camino con las demás fuerzas políticas para que su deseo de poder gobernar pueda verse cumplido.