La inseguridad se tomó al corregimiento uno

Sumado a la seria problemática ambiental y de ordenamiento territorial que se vive en esta parte de Soacha, a las veredas del corregimiento uno las ataca otra delicada situación, pues la inseguridad está al acecho de los campesinos que habitan en ese territorio.


Desde el robo del ganado hasta el hurto de los alimentos cosechados por los cultivadores, pasando por los intentos de asalto a las viviendas por parte de los delincuentes, son algunos de los fenómenos que sufren los pobladores de veredas como Romeral, Alto del Cabra, San Jorge, Chacua, Villa Nueva, Fusungá y Hungría, quienes además de ser azotados por la delincuencia, se ven limitados en la capacidad de enfrentar a los ‘amigos de lo ajeno’, pues aparte de la escasa presencia de Policía, las alarmas comunitarias son mínimas para alertar a los residentes.

“La dificultad ha sido de siempre, pero en las últimas semanas se ha incrementado el hurto de ganado, e incluso hacia los mismos agricultores, a quienes les roban la papa, la fresa y demás alimentos de la cosecha. Nuestro método de seguridad son las alarmas comunitarias, desde hace 20 años tenemos unas alarmas que son el único recurso por medio del cual, cuando hay personas extrañas al corregimiento, podemos informarnos y poner en alerta a los vecinos.

Precisamente le manifestábamos al Alcalde Juan Carlos Nemocón en el ejercicio de Plan de Desarrollo, que dotara de alarmas a las veredas para poder tener una mejor comunicación, además se debe tener en cuenta que en este momento tenemos muy pocas, y no se alcanza a cubrir zonas como Romeral, Alto del Cabra, parte de San Jorge, Chacua y Villa Nueva”, explicó Olga Landínez, Presidenta de la JAL del corregimiento uno.

La líder aseguró que la idea de la JAL es trabajar de la mano con las Juntas de Acción Comunal, el Corregidor y la Policía, para que delegue a una persona que se encargue de este asunto, y que ante todo conozca el corregimiento y esté atento a prestar sus servicios cuando la comunidad lo requiera.

“La Policía no va a patrullar seguido, cuando se presenta algún inconveniente los llamamos, pero la verdad es difícil que hagan presencia allá, por lo tanto pedimos que nos ayuden con el patrullaje y la presencia en las veredas, porque cuando llegan las cosas ya han sucedido, y no hay nada qué hacer. De noche la situación se complica, hay muchas personas que son adictas a las drogas, y por ende se convierten en un peligro para toda nuestra comunidad”, agregó Lucrecia Moreno, habitante de la vereda Chacua (centro poblado).

“Esto es salgo que se está viendo por encima de cómo realmente es la situación, las cinco veredas que estamos en el páramo están muy desprotegidas, pues allá no llega ninguna patrulla, así como tampoco la Policía de Carabineros, que nos prometieron que sería enviada. Queremos pedir al Sr. Alcalde que por favor nos colabore, bien sea con más policías o con la instalación de un CAI móvil, porque esto se agravará, de hecho han intentado entrar a las casas”, manifestó Luis Arturo Munévar, presidente de Asojuntas del corregimiento uno.

Vale la pena mencionar que precisamente ayer en la tarde se iba a realizar una reunión con el Secretario de Gobierno, Óscar Rodríguez, y personal de la Policía Nacional; sin embargo el funcionario de la Administración no pudo asistir y los uniformados llegaron dos horas después de prevista la cita (3pm), por lo que la situación no pudo ser discutida totalmente.

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