El aguacero que puso a prueba a las autoridades de Soacha
Inesperado resultó el aguacero de antenoche en Soacha y que por su magnitud puso a prueba al Sistema de Atención y Prevención de Desastres del municipio. Ayer, durante todo el día, las autoridades estuvieron analizando cómo enfrentar las consecuencias de la emergencia.
…Son las 9:25 p.m. Es martes 17 de noviembre y doña Nancy Gutiérrez, habitante del barrio la Esperanza, comienza a sentir que se avecina un fuerte aguacero en la zona. Le comenta a don Luis Hernando, su esposo, que «va a llover duro, y parece que va pa’largo».
Pasó como hora y media cuando la señora Nancy escuchó el ruido de la corriente que bajaba por la calle que colinda con su humilde vivienda. «Ahora como que se metió el agua a la cocina, por qué no va y mira», le comentó a su esposo, mientras ella le echaba un vistazo a sus dos hijas, una de cuatro meses y la otra de tres años.
Eran como las 11:00 p.m. y el fuerte aguacero comenzó a hacerse sentir. Las calles de altos de Cazucá se convirtieron en poco tiempo en ríos amenazantes que arrasaban a su paso con piedras, lodo, plásticos, desechos y todo lo que cogieran por delante. El caño Luis Carlos Galán, que separa a Julio Rincón de la Esperanza hacía lo propio; su caudal aumentó rápidamente y su cauce se unió a las aguas que bajaban por calles y zanjones para llegar hasta la cra. 9 Este y continuar hacia Terra Grande.
El fuerte aguacero no cesaba y la naturaleza parecía estar furiosa con las humildes familias de las comunas tres, cuatro y cinco. No paraba de llover mientras don Wilson Cuervo dormía en un tercer piso de Terra Grande 4, etapa uno, esperando entre sueños que el reloj timbrara a las 2:00 a.m. para asumir la misma rutina de todos los días e irse a trabajar. Pero una llamada lo despertó antes de la hora programada, era la 1:00 a.m. cuando un vigilante lo alertó de lo que se convertiría en una pesadilla para todos los habitantes del conjunto residencial. Cantidades de lodo, basura, piedras y desechos plásticos estaban inundando las áreas comunes, los parqueaderos y amenazaba con hacer lo mismo con los primeros pisos de la urbanización.
A esa hora muchos se levantaron preocupados por la amenaza de las aguas que bajaban de la loma, y así se mantuvieron hasta que amaneció para evitar cualquier tragedia.
Pero mientras en Terra Grande sus habitantes estaban alerta, más abajo, en el Mirador de San Ignacio, la situación era aún más preocupante. A las 12:50 de la noche los vigilantes comienzan a llamar a los propietarios de los vehículos para informarles que los parqueaderos se estaban inundando aceleradamente. Uno de sus residentes, don Carlos Buitrago, quien habita desde hace 12 años en el conjunto pensó rápidamente en su Renault 9 modelo 94 y en pijama y pantuflas bajó a percatarse de lo que estaba pasando. «Cuando llegué al sótano ví que las llantas de los carros ya casí no se veían por la inundación; en ese momento corrí hasta el mío, intenté prenderlo pero fué inútil. Todos corríamos a tratar de sacar los automotores, algunos lograron salir pero otros, como yo, nos tocó acudir a la solidaridad de los vecinos y sacarlos empujados», narró el señor Buitrago.
No cesaba de llover y paralelamente a la angustia de los habitantes de Terra Grande y San Ignacio, en la Autopista Sur y barrios aledaños, la emergencia era latente y el caos comenzó a apoderarse de propietarios, conductores y transeuntes que intentaban llegar a sus casas. Los bomberos, la policía y algunas autoridades locales trabajaban a esa hora afanosamente para evitar que la cantidad de agua que había bajado por los caños Río Claro, Tibanica y Luis Calos Galán causara una tragedia.
Pero el paso de las aguas alcanzó también a barrios de la comuna tres como León XIII, Olivos dos, Olivares, Jardín de los Rosales y Hogar del Sol, dejando a familias damnificadas y daños estructurales en el alcantarillado, las vías y las mismas viviendas.
Pasó la noche y con ella el fuerte aguacero que puso a correr a las autoridades y organismos de socorro del municipio. Muy temprano el alcalde Ernesto Martínez convocó al CLOPAD con el fin de evaluar la situación y tomar medidas para evitar posibles tragedias. Una de las cosas que llamó la atención fue el levantamiento del pavimento y la destrucción de un tramo de la cra 9 Este, frente a Terra Grande 4; la fuerte presión del agua explotó la tubería y levantó el asfalto en una vía que estaba recién construida.
Otra consecuencia preocupante del torrencial aguacero fue la inundación de los parqueaderos del Conjunto Residencial San Ignacio. A las 3:00 p.m. del miércoles 18, es decir 14 horas después de la emergencia, aún permanecían carros inundados en los sótanos y sus dueños no aparecían. A esa misma hora comenzaba una reunión en el salón de protocolo entre las autoridades del municipio, miembros del CLOPAD, el OPAD y representantes de la comunidad para tomar medidas, suministrar ayudas y orientar a los habitantes que resultaron afectados con la inundación. En esa reunión se informó que en el barrio Casaloma se identificaron 12 viviendas en riesgo de deslizamiento y se comprobó averías y derrumbe de paredes en dos más.
Los miembros del Comité Local de Prevención y Atención de Emergencias dieron un informe detallado de lo sucedido en los diferentes sectores de la ciudad, gracias al recorrido que muchos de ellos hicieron por los barrios afectados. Esos detalles permitieron tomar medidas de choque, identificar ayudas concretas para los afectadas y asignar por parte del municipio, un presupuesto para reubicar a las familias más perjudicadas y que estén en situación de alto riesgo.
Así mismo se dieron a conocer algunas medidas preventivas como la orden de desocupar los tanques de almacenamiento de agua potable en Terra Grande, debido a una pequeña filtración que se presentó con motivo de la inundación. De igual manera se acordó realizar una reunión el viernes 20 de noviembre para organizar y planear una jornada de limpieza y aseo en los conjuntos residenciales afectados.
Ahora, como dice don Luis Antonio Beltrán, administrador de la etapa 5 del Conjunto Residencial San Ignacio, «esperemos que los compromisos adquiridos en la reunión de hoy se cumplan, ojalá este alcalde sea serio con su palabra, porque la verdad, los anteriores lo que han hecho es tomarnos del pelo. Hay buen ambiente y todos confiamos que con la ayuda del municipio y las demás entidades, se solucione este vergonzoso problema», concluyó.
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